Seis delegaciones de ambas entidades recorrieron las áreas del país más afectadas para hacer una evaluación de daños y necesidades en salud.
Guatemala, noviembre de 2020 (OPS/OMS).-La comunidad indígena de Palop en Nebaj, Quiché, subsiste de la siembra de frijol, papa y maíz y lo que recauda durante la época de la cosecha de la caña de azúcar. Esta frágil forma de vida ha obligado también a muchas familias a migrar de su comunidad en busca de nuevas oportunidades. La pobreza, la desnutrición crónica y las catástrofes climáticas son problemáticas que enfrenta esta comunidad y que tras el paso de la Tormenta Tropical Eta que azotó a Guatemala la deja aún más vulnerable.
“Cuando vimos que el cerro se venía, agarré a mi hijo y nos fuimos bajo la lluvia a la comunidad más próxima, caminamos hacia la montaña por cinco horas hasta llegar a la casa de un vecino que nos acogió. Nos asustamos mucho, pensamos que nos íbamos a morir”, cuenta Ingrid Lopez de 21 años y madre de Juan Noé Pérez de un año y nueve meses, quien vive en la comunidad de Palop.
Según datos oficiales, en esta comunidad hubo 6 personas fallecidas y 2 desaparecidas, además el puente que une a Palop con el municipio fue arrastrado por la crecida del río lo que la mantiene parcialmente aislada.
De acuerdo con los testimonios de las personas de Palop, la mayor preocupación ahora son las próximas lluvias que pueden afectar al país “Fue un jueves, escuchamos un ruido como bomba, llovía y vimos que el río crecía, solo dijimos ´nos vamos a morir´,” recuerda Dominga Cox de 60 años. “Me da miedo que llueva otra vez, capaz y se viene el cerro otra vez. Ahora con mi esposo ya no dormimos, ya no hay sueño del miedo,” agrega.
Una delegación de profesionales de la salud del Ministerio de Salud acompañados por la OPS/OMS Guatemala lograron llegar para reunirse con los líderes y conocer las necesidades inmediatas de las personas damnificadas en Palop. Esta brigada logró brindar atención médica, control de peso y talla a niños menores de cinco años y apoyo psicosocial.
Seis delegaciones del Ministerio de Salud acompañados por técnicos de la OPS/OMS fueron desplegadas a los departamentos del país más afectados. Fueron 41 personas que visitaron Alta Verapaz, Quiché, Ixil, Zacapa, Izabal y Petén para hacer una evaluación de daños y necesidades en albergues y servicios de salud, y monitorear además la situación de la COVID-19. "Vimos un incremento de casos de COVID-19 sin antes haber llegado los efectos de Eta. Los riesgos vienen mayores para el país, y por eso tenemos que hacer todo lo posible para mitigar la transmisión en los albergues,” explica la Dra. Liz Parra, Asesora en Emergencias en Salud de la OPS/OMS en Guatemala.
Como en Palop, las brigadas visitaron comunidades y albergues para establecer las acciones inmediatas para la continuidad de los servicios esenciales de salud como como agua y saneamiento, apoyo psicosocial, nutrición, entre otros.
“Estamos contribuyendo a la respuesta de esta emergencia con nuestro personal técnico para apoyar a los equipos del Ministerio de Salud en su evaluación rápida de la situación y las necesidades de salud en las áreas afectadas. Este apoyo también está contribuyendo a la coordinación local de la respuesta por las Direcciones de Áreas de Salud. Las comunidades afectadas tienen altos índices de desnutrición crónica, y nos preocupa que esta situación empeore la situación de salud de los niños, las mujeres embarazadas y adolescentes en estas áreas ya en situación de vulnerabilidad antes de la emergencia,” indica el Dr. Oscar Barreneche, Representante de la OPS/OMS en Guatemala.
El Representante de la OPS/OMS en Guatemala, Oscar Barreneche acompañó a la Ministra de Salud Pública y Asistencia Social, Dra. Amelia Flores y al Viceministro de Atención Primaria de Salud, Dr. Edwin Montúfar, en su visita al departamento de Alta Verapaz, uno de los más devastados por Eta, para asegurar atención médica a las personas damnificadas, evaluar los daños en la infraestructura de los servicios de salud y discutir con el personal de salud local la respuesta a la emergencia.
La OPS/OMS apoyó en la instalación de un puesto de salud temporal en la comunidad de Campur en San Pedro Carchá, además, envió megáfonos, módulos de estabilización clínica, kits médicos para cada módulo, y equipo de protección personal a Izabal, Alta Verapaz y Quiché de acuerdo con las necesidades identificadas por las brigadas desplegadas a las áreas afectadas.
“Estamos viviendo un momento difícil en el que debemos asistir a los damnificados de Eta asegurando que la asistencia se haga en condiciones que aseguren el control de la COVID-19,” explica Oscar Barreneche, Representante de OPS/OMS en Guatemala. “A esto se suma la necesidad urgente de restablecer el acceso de agua segura y saneamiento para estas comunidades. Es preocupante el impacto que Eta tuvo en la infraestructura del sector salud en algunas áreas, pero también su impacto en el personal sanitario, muchos de los cuales se encuentran entre los damnificados,” agrega.
A la casa que alberga a Ingrid y su familia también llegaron 15 personas huyendo de los deslizamientos de tierra. A pesar del miedo y la incertidumbre que existe, el bebé de Ingrid no deja de sonreír, brindando esperanza que pronto todo volverá a la normalidad.