Every last child, dice la cinta que rodea el cuello de Pierina D’Angelo. La leyenda hace referencia a la lucha que promete dar hasta que el último niño del mundo esté libre de poliomielitis. Y la pasión que pone en su trabajo así lo demuestra.
Uno siente la responsabilidad de dar continuidad a algo que empezó en nuestro país en el año 1960.
Octubre 2021
D’Angelo, coordinadora de la división de virología del Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel”, se detiene en los pasillos para responder dudas de pacientes y empleados en camino a su oficina. Con una vocación inspiradora y ganas de “inyectar alegría y dinamismo al equipo'', trabaja largas horas en el laboratorio.
Hace 17 años empezó su carrera profesional después de graduarse de Licenciada en Bioanálisis. Terminó sus estudios en la misma Ciudad Universitaria que alberga al Instituto Nacional de Higiene (INHRR), una institución para la prevención, vigilancia y control de la salud de los venezolanos, y centro nacional de referencia para la Organización Panamericana de la Salud /Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS). Según asegura, el instituto ha sido de vital importancia para el país, al ser también un centro de formación y procesamiento de muestras de otros estados del país.
El compromiso de D’Angelo con su trabajo es tangible, y la forma en la que habla denota el gran entusiasmo que siente por llevar a cabo sus tareas de manera exitosa. “Uno siente la responsabilidad de dar continuidad a algo que empezó en nuestro país en el año 1960”, dice convencida.
A través de la vacunación podemos minimizar el riesgo de transmisión, de contagio.
Los brotes que encienden la alarma
Al cumplirse 30 años de que no se registren casos de poliomielitis en Latinoamérica, y destacando el compromiso de la OPS, el instituto y el propio, D’Angelo afirma que es un deber de todos seguir trabajando juntos por la erradicación de la enfermedad.
A excepción de Afganistán y Pakistán, el mundo entero se encuentra libre de poliovirus salvaje y aunque los casos derivados de la vacuna oral contra la poliomielitis (OPV) -en desuso- sean poco frecuentes, la gravedad de esta enfermedad sigue siendo motivo de preocupación para los especialistas, que con dedicación sienten la responsabilidad de continuar el camino hacia la erradicación.
Por tal motivo, con el apoyo de la OPS, el Programa Ampliado de Inmunizaciones de Venezuela se encaminó a reducir al mínimo los riesgos de brotes de poliomielitis incorporando la vacuna antipoliomielítica inactivada (IPV) y sustituyendo la vacuna trivalente oral contra la poliomielitis (tOPV) por la polio oral bivalente (bOPV). El Instituto Nacional de Higiene, por su parte, veló porque fueran destruidas todas las muestras de heces almacenadas en los laboratorios potencialmente infecciosas de poliovirus.
Es una lucha que empezó muy triste, pero estoy segura de que va a terminar feliz con la erradicación a nivel mundial.
Nada es al azar
La pandemia de coronavirus ha representado un gran desafío para los profesionales de la salud, entre ellos Lieska Rodríguez, directora general de diagnóstico del Instituto Nacional de Higiene, y D’Angelo, que trabajan de la mano en un equipo multitudinario y multidisciplinario, como lo describen. Para ellas, la pandemia ha significado muchas horas de trabajo extra, pero lo que parece ser de mayor importancia para Rodríguez, ha sido no “descuidar ni menoscabar” ninguno de los otros diagnósticos, sobre todo el de poliomielitis. Para ella es un hecho que la población venezolana prioriza la vacunación, asegura que los habitantes buscan siempre inmunizarse ante los riesgos, y confía plenamente en la cartilla de vacunación del país, que ofrece vacunas desde el nacimiento.
Y el principal desafío impuesto por la pandemia para Pierina D’Angelo, demuestra una vez más su compromiso. Para ella ha sido “transmitir confianza al país” de que el equipo con el que trabaja día a día garantiza que cualquier agente microbiológico que pudiese afectarles sea detectado. Según Pierina, que el aniversario número 30 de la eliminación de la polio salvaje en las Américas coincida con una pandemia no es cuestión del azar, sino una muestra del éxito de los protocolos de vacunación. “A través de la vacunación podemos minimizar el riesgo de transmisión, de contagio”, asegura, a la vez que invita a inmunizarse, ya que según ella el mensaje es claro y tajante: “Hay que realizar una vacunación contra el coronavirus con la vacuna que se tenga disponible”. Que podamos “celebrar”, en sus palabras, los 30 años sin casos de poliovirus salvaje en la región, representa también el deber de mantener y promover la vacunación.
Al ver el pequeño pero impresionante museo dentro del Instituto de Higiene, D’Angelo siente la responsabilidad firme de continuar en la lucha por la erradicación de la poliomielitis, y no oculta su emoción: “Es una lucha que empezó muy triste, pero estoy segura de que va a terminar feliz con la erradicación a nivel mundial”.