En los últimos decenios, la salud ha mejorado notablemente en la Región de las Américas. A pesar de ello, muchas personas se están quedando atrás. La OPS estableció la Comisión sobre Equidad y Desigualdades en Salud en las Américas para analizar el impacto de los determinantes que influyen en la salud y proponer medidas encaminadas a reducir las desigualdades en este ámbito.
Según la evidencia presentada en este informe, la mala salud se debe en gran medida a los determinantes sociales. Ciertos factores —como la posición socioeconómica, el origen étnico, el género, la orientación sexual, la discapacidad y la condición de migrante— pueden contribuir, solos o combinados, a que haya marcadas desigualdades en la salud. El análisis también muestra que otros factores estructurales —como el cambio climático, las amenazas ambientales, la relación de las personas con la tierra y los efectos persistentes del colonialismo y el racismo— también están frenando el progreso hacia una vida digna y el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr. Además, el impacto de las condiciones de la vida cotidiana muestra que el efecto de las desigualdades se observa al comienzo de la vida.
En el informe se presentan ejemplos de políticas, programas y acciones eficaces de los países y se formulan doce recomendaciones para lograr la equidad en la salud mediante la acción coordinada de los gobiernos locales y nacionales, las organizaciones transnacionales y la sociedad civil, a fin de abordar conjuntamente los determinantes sociales de la salud.
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