Históricamente, las personas mayores han sido consideradas desde una visión que concibe a este grupo como personas incapaces e imponiendo una única manera de comprender sus necesidades e intereses, lo que impacta directamente en la atención de su salud. Esta mirada estigmatizante sobre el envejecimiento ha permitido que las personas mayores sean objeto de abusos, discriminaciones y malos tratos que se traducen en violaciones de los derechos humanos básicos, como el derecho a la vida, a la integridad personal, a la dignidad, a la privacidad y al goce del grado máximo de salud que se pueda alcanzar.
Aunque las condiciones económicas, sociales y legales varían de país en país en las Américas, y pese a los enormes avances normativos que se han dado en los últimos años para promover y proteger los derechos humanos de las personas mayores, aún quedan enormes desafíos por enfrentar para evitar el abandono, el maltrato y el abuso en el abordaje de la salud de este grupo.
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