EL ABANDONO DE JULIA
Confundida y humillada, Julia, una mujer de 76 años sin parientes conocidos, es desalojada de su apartamento y abandonada en una de las peores instituciones de salud pública del país: un asilo de personas mayores. Aunque Julia no padecía de ninguna afección médica, el propietario del edificio se deshizo de ella porque a su edad avanzada, Julia era considerada una carga financiera.
Durante un año, Julia intentó, sin ningún resultado, recuperar su apartamento. El estigma de que las personas mayores son incompetentes la dejó impotente. Forzada a vivir en una institución insalubre, llena de cucarachas y sucia, Julia recibía medicamentos caducados, alimentos inadecuados y no tenía suficientes instalaciones sanitarias. Pronto se debilitó y enfermó.
Psicológicamente, Julia se sentía sola y traicionada. El poco personal médico la ignoraba y la ataba a las sillas junto con otros residentes como una manera de “controlarlos”. Después de un año de luchar por sobrevivir a estas condiciones, una trabajadora social del programa de maltrato a personas mayores del país llamó a una ONG para tomar el caso de Julia
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