La OMS ha identificado al aumento de la resistencia antimicrobiana como una crisis sanitaria a nivel global. Está siendo propagado por la mala utilización de medicamentos antimicrobianos, programas para la prevención y control de infecciones que son inadecuadas o inexistentes, medicamentos de mala calidad, capacidad laboratorial escasa, vigilancia inadecuada, regulación insuficiente del uso de medicamentos antimicrobianos. Un enfoque robusto y colaborativo será necesario para combatir la resistencia antimicrobiana, involucrando a países en todas las regiones y a actores de varios sectores.
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