Alerta Epidemiológica: Fiebre amarilla - 31 de agosto de 2022

En la Región de las Américas, el riesgo de ocurrencia de nuevos brotes de fiebre amarilla de diversa magnitud es alto. Aunque los sistemas de salud han empezado a recuperarse del impacto de la pandemia por la COVID-19, se observa una alarmante disminución de la proporción de población vacunada contra fiebre amarilla y en consecuencia incrementa la brecha en inmunización acumulada a lo largo de la última década. La pandemia por la COVID-19 entre otros factores, han llevado a que las actividades de vacunación, que previamente eran realizadas de forma sistemática, se conviertan en un desafío.

En la Región de las Américas, de acuerdo con las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF por sus siglas en inglés), entre 2020 y 2021, la cobertura de vacunación contra la fiebre amarilla disminuyó en 6 de los 13 países y territorios con áreas endémicas de fiebre amarilla. En 2021, en 12 de los 13 países/territorios endémicos no se alcanzó una cobertura igual o mayor a 95% y en 9 países la cobertura fue menor a 80%  . 

Por lo mencionado, es apremiante que las autoridades sanitarias aseguren contar con un inventario de reserva estratégico que les permita mantener la vacunación de rutina y al mismo tiempo responder a eventuales brotes. Además, es necesario que los países que tienen programadas campañas preventivas de vacunación para aumentar la cobertura retomen sus planes y garanticen coberturas de vacunación mayores o iguales al 95% de forma homogénea.