La OPS mantiene un permanente seguimiento de la situación de las enfermedades infecciosas, así como de los eventos relacionados con mercancía contaminada, inocuidad de alimentos, o aquellos eventos de origen químicos o radionuclear para alertar a los Estados Miembros, cuando sea necesario, o bien, compartir experticia técnica y apoyar en los preparativos de respuesta a fin de proteger a las poblaciones de las posibles consecuencias de las epidemias, donde y cualquiera sea su origen.
Para este fin, se ha establecido un canal de comunicación permanente entre los Estados Miembros y el Punto de Contacto Regional de la OMS para el RSI (2005), el cual es rutinariamente comprobado para asegurar la conectividad.
El Reglamento Sanitario Internacional (2005) o "RSI (2005)" proporciona el marco para que la OMS detecte, verifique y evalúe brotes, emergencias y otros riesgos internacionales para la salud pública. Desde su entrada en vigor a partir del 15 de junio de 2007, fueron introducidos nuevos conceptos operacionales configurando las funciones del equipo de DVE. Previo a la reforma de la OMS que condujo a la creación del Programa de Emergencias en Salud de la OMS en el 2016, y el desarrollo del equipo de DVE, estas funciones fueron llevadas a cabo por el equipo de Operaciones de Alerta y Respuesta (OAR).
Los elementos operativos claves introducidos por el RSI (2005), que están a cargo del equipo de DVE incluyen:
- La implementación de procedimientos específicos para la notificación, consulta y reporte de informes sobre eventos de salud pública.
- El establecimiento de canales de comunicación permanente, las 24 horas al día, 7 días a la semana, entre los Estados Miembros, el Punto de Contacto la OMS para el RSI (2005).
- El envío de solicitudes de verificación a los Centros Nacionales de Enlace para el RSI (2005), relativas a los eventos de salud pública que ocurren dentro de los Estados Miembros.
El RSI (2005) también contempla la oferta de colaboración internacional a los países afectados o amenazados por una emergencia, lo que abarca la orientación y la cooperación técnica; la movilización de expertos internacionales que presten asistencia sobre el terreno y la dotación de los insumos requeridos para dar respuesta a la situación.