En el 2020, en la región de América Latina y el Caribe (ALC) ocurrió una muerte materna cada hora, según datos publicados en febrero de 2023 por Naciones Unidas. Para ese mismo año, la razón de mortalidad materna (RMM) de la región retrocedió a los niveles de dos décadas atrás.
La pandemia por COVID-19 expuso las vulnerabilidades de las infraestructuras sanitarias de la región, exacerbando las desigualdades en el acceso a los servicios de salud, con un profundo impacto sobre la vida de las mujeres, que se vio reflejado en un exceso de mortalidad materna y la profundización de las inequidades en el acceso a los servicios esenciales en salud sexual y reproductiva.
En los años anteriores a la pandemia, la razón de mortalidad materna en las Américas se había estancado, resultado de las múltiples barreras de acceso a la salud y a cuidados de calidad que se enfrentan mujeres y adolescentes en la Región.
Esta situación ha puesto en evidencia la fragilidad de los avances en la región que necesita incrementar el ritmo actual de reducción para alcanzar la meta regional de la Agenda Sostenible de Salud para las Américas (ASSA) de 30 muertes por cada cien mil nacidos vivos para 2030 y contribuir a la meta 3.1 de los ODS.
El escenario actual demanda una movilización urgente de los gobiernos de los países de ALC para fortalecer las acciones dirigidas a combatir la mortalidad materna, especialmente en aquellos países que tienen altas razones de mortalidad o de muertes maternas en número absolutos.
Este llamado convoca los países para potenciar la acción inmediata en el nivel nacional y subnacional, con recomendaciones para enfrentar los principales desafíos estructurales de la salud materna con el objetivo de acelerar la reducción de la mortalidad materna.