Las transfusiones de sangre son necesarias para mejorar o salvar la vida de niños con anemias graves, madres en emergencias obstétricas, pacientes con hemoglobinopatías, pacientes con cáncer, pacientes trasplantados, pacientes con enfermedades crónicas relacionadas con la edad, como hemorragias causadas por problemas vasculares y cirugías ortopédicas, personas heridas en accidentes, entre otras causas.
En 2014, los países de la Región de las Américas reafirmaron su compromiso con la salud universal a través de la aprobación del Plan de acción para el acceso universal a sangre segura 2014-2019, aprobado por el 53.o Consejo Directivo celebrado en octubre de 2014 (CD53.6).
Este plan promueve el acceso universal a sangre segura para transfusiones en la región, a través de donaciones voluntarias no remuneradas, la organización de servicios de sangre, la implementación de estándares de calidad y seguridad y la aplicación de acciones de gobernanza.