La infección por el virus del herpes simple, a la que se denomina generalmente herpes, puede deberse al virus del herpes simple de tipo 1 (VHS-1) o al virus del herpes simple de tipo 2 (VHS-2).
El VHS-1 se transmite principalmente por contacto de boca a boca y causa una infección en la boca o alrededor de ella (herpes bucal o labial). Sin embargo, el VHS-1 también puede transmitirse al área genital a través del contacto bucogenital y causar un herpes genital.
El VHS-2 se transmite casi exclusivamente por vía sexual y causa una infección en el área genital o anal (herpes genital).
La mayoría de las personas infectadas no saben que tienen la infección.
El VHS-1 se transmite principalmente por contacto de boca a boca y causa una infección en la boca o alrededor de ella (herpes bucal o labial). El VHS-2 se transmite casi exclusivamente por vía sexual, a través del contacto con superficies genitales, la piel, úlceras o líquidos de una persona infectada por el virus, y produce una infección en la zona genital o anal (herpes genital). Sin embargo, el VHS-1 también puede transmitirse al área genital a través del contacto orogenital y causar un herpes genital. Las infecciones herpéticas son sumamente contagiosas cuando hay síntomas, pero la transmisión a otras personas es posible también sin que haya síntomas. En circunstancias muy poco frecuentes, el herpes genital puede transmitirse de la madre al hijo durante el parto.
Las infecciones genitales por herpes son con frecuencia asintomáticas o causan síntomas leves que pasan desapercibidos. La mayoría de las personas infectadas no saben que tienen la infección. Cuando hay síntomas, estos suelen aparecer de 4 a 7 días después del contacto sexual, y se caracterizan por la presencia de una o varias vesículas o llagas abiertas llamadas úlceras en la región genital o anal. Además de las úlceras genitales, los síntomas de una infección herpética genital reciente incluyen a menudo fiebre, dolores corporales y ganglios linfáticos hinchados.
Después de una infección genital inicial por el VHS-2, es frecuente que haya síntomas recurrentes, pero a menudo son menos intensos que los del brote inicial. La frecuencia de los brotes se reduce con el paso del tiempo. Las personas infectadas por el VHS-2 pueden experimentar sensaciones de hormigueo leve o dolor fulgurante en las piernas, las caderas y las nalgas antes de la aparición de las úlceras genitales. En las personas con un herpes genital causado por el VHS-1, puede haber una reaparición de los síntomas, pero a menudo el herpes genital causado por el VHS-1 no reaparece de manera frecuente.
Los síntomas reiterados del herpes genital pueden ser dolorosos, y la infección puede conducir a una estigmatización social y un desasosiego emocional. Estos factores pueden tener una marcada repercusión en la calidad de vida y en las relaciones sexuales. Sin embargo, con el tiempo, la mayoría de las personas con herpes se adaptan a vivir con la infección.
El herpes genital aumenta a casi el triple el riesgo de contraer el VIH. Además, las personas que presentan una infección por el VIH a la vez que por el herpes genital tienen mayores probabilidades de transmitir el VIH a otras personas. Un 60-90% de las personas con infección por el VIH tienen también un herpes genital causado por el VHS-2. La infección por el VHS-1 o el VHS-2 en personas con infección por el VIH (y en otros individuos con un sistema inmunitario debilitado) produce a menudo síntomas más graves y recaídas más frecuentes.
La transmisión del VHS de madre a hijo durante el parto es un hecho muy infrecuente, que se calcula que se da en 10 por 100.000 nacimientos a nivel mundial, pero puede conducir a una discapacidad persistente o a la muerte. El riesgo de transmitir el herpes al recién nacido es mayor cuando la mujer contrae la infección inicial por el VHS en la última etapa del embarazo. Las mujeres que tienen herpes genital antes de quedar embarazadas presentan un riesgo muy bajo de transmisión del VHS al recién nacido.
La infección genital por herpes la diagnostica a menudo clínicamente un profesional de la salud adecuadamente capacitado por medio de la exploración física. Sin embargo, se necesitan pruebas de laboratorio para diferenciar el VHS-1 del VHS-2. Cuando no hay vesículas, pueden ser necesarias también pruebas de confirmación de laboratorio para descartar otras causas de úlceras genitales. Se han producido avances importantes en los métodos diagnósticos del VHS-2 como el empleo de pruebas diagnósticas moleculares rápidas, algunas de las cuales han sido precalificadas por la OMS.
En la actualidad no hay curación ni vacuna para el herpes. Los preservativos ayudan a reducir la probabilidad de infección, aunque no la eliminan por completo ya que pueden producirse brotes de herpes genital en zonas no cubiertas por el preservativo. De todos modos, el uso de preservativos continúa siendo aconsejable puesto que puede prevenir otras enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
Los fármacos antivirales son la medicación más eficaz de que disponemos para tratar a las personas con infección genital por herpes. Estos medicamentos pueden ayudar a reducir la gravedad y la frecuencia de los síntomas pero no permiten curar la infección. Tanto la infección por el VHS-1 como la del VHS-2 persisten durante toda la vida. Puede consultarse una información detallada sobre el tratamiento recomendado en las Directrices de la OMS para el tratamiento del virus herpes simple genital (Sólo en inglés).
- La respuesta mundial a las ITS sigue actualmente las directrices de la Estrategia mundial del sector de la salud sobre las infecciones de transmisión sexual, 2016-2021.
- La OMS y sus asociados están trabajando para acelerar la investigación destinada a elaborar nuevas estrategias para la prevención y el control de las infecciones genitales y neonatales por el VHS-1 y el VHS-2, incluido el desarrollo de vacunas contra el VHS. En la actualidad hay varias vacunas experimentales en fase de estudio.
- En el 2016, la OMS publicó las directrices para el tratamiento de la infección por el virus del herpes simple genital [en inglés], que formulan recomendaciones actualizadas sobre el tratamiento del herpes genital basadas en la evidencia más reciente disponible.
Esta es una de las 30 afecciones que la Iniciativa de Eliminación se ha propuesto eliminar en la Región de las Américas para el año 2030.