• Hombre cosumiendo alcohol
    Consumo de sustancias

Abuso de sustancias

Las sustancias psicoactivas son diversos compuestos naturales o sintéticos, que actúan sobre el sistema nervioso generando alteraciones en las funciones que regulan pensamientos, emociones y el comportamiento.

Existen regulaciones para el control y fiscalización del uso de estas sustancias, ya sea para uso recreativo, como el alcohol o el tabaco;  para uso farmacológico, como los tranquilizantes o analgésicos opiáceos, o  de uso general, como los solventes industriales. Hay un grupo cuyo uso es considerado ilícito y solo autorizado con fines médicos o de investigación, como el caso de la cocaína y sus derivados. El uso de sustancias psicoactivas siempre implica un grado de riesgo  de sufrir consecuencias adversas sobre distintos órganos y sistemas, las cuales pueden darse en el corto plazo, como en el caso de la intoxicación, la cual incrementa el riesgo de lesiones por accidentes o agresión, así como  conductas sexuales en condiciones inseguras. El uso repetido y  prolongado en el tiempo de estas sustancias, favorece el desarrollo de trastornos por dependencia, que son trastornos crónicos y recurrentes, caracterizados por necesidad intensa de la sustancia y pérdida de la capacidad de controlar su consumo, a pesar de consecuencias adversas en el estado de salud o en el funcionamiento interpersonal, familiar, académico, laboral o legal. 
 

Datos clave
  • Los trastornos causados por el uso de drogas son una pesada carga para los individuos y las comunidades. El uso continuo de drogas puede causar dependencia y discapacidad además de problemas crónicos de salud. Las consecuencias sociales del uso perjudicial o dependencia de drogas llegan mucho más allá del usuario y afectan a sus familias y a otras relaciones personales
  • Las cargas sociales y para la salud impuestas no son inevitables: los problemas causados por las drogas y la dependencia de estas son prevenibles y tratables. Cuando se lo identifica tempranamente, el uso riesgoso de drogas puede ser reducido o restringido mediante evaluaciones de la salud e intervenciones breves, antes de que las personas que lo consumen se vuelvan dependientes.
  • Las drogas ilegales son usadas con más frecuencia en los países de ingresos altos de las Américas, pero las consecuencias de la dependencia de drogas para la salud —enfermedades, discapacidades y defunciones— ocurren de manera desproporcionada en los países de ingresos bajos y medios, donde las personas tienen menos acceso a la atención de salud.
Hoja informativa

El daño asociado al uso de sustancias psicoactivas, a corto o a largo plazo, depende de la interacción de un conjunto de factores, tales como el tipo de sustancia y la forma de consumo, las características personales, físicas y psicológicas, del consumidor, pero también del contexto social en el que se produce el consumo. 

Existen numerosas intervenciones con base en la evidencia científica, que son efectivas en la reducción del uso de sustancias y de sus impacto en la salud, ya sea previniendo el uso, abordando tempranamente la población en riesgo, tratando la  dependencia o las consecuencias adversas del uso y favoreciendo la recuperación en el mediano y largo plazo. El tratamiento debe ser accesible, especialmente para los grupos más vulnerables, adecuado a las necesidades y perfil particulares de la población usuaria, mantenido en el largo plazo, enfocado a la recuperación y al resguardo de los derechos humanos.

Respuesta de la OPS

El proyecto para el desarrollo e implementación de una propuesta para el “Abordaje Integral de la Concurrencia entre Trastornos por Uso de Sustancias y otros Trastornos Mentales y de la Conducta, en países de América Latina”, se enmarca en los acuerdos desarrollados en materia de salud pública, entre la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), el Gobierno de España y el Instituto Nacional de Psiquiatría (Centro Colaborador OMS), para fortalecer el enfoque de salud pública en el abordaje de los problemas relacionados con el uso de sustancias , en los países de las Américas.

Con el propósito de apoyar técnicamente este proyecto, se conformará un grupo de trabajo (Task Force), integrado por expertos españoles y de la Región de las Américas, bajo la coordinación de la OPS/OMS, con el apoyo del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, Centro Colaborador de la OMS en México y la Delegación de Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas de España (DGPNSDE), a través de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD).

  Consecuencias para la salud según el tipo de droga

En todo el mundo, el cannabis, comúnmente llamado marihuana, es la droga ilegal más ampliamente usada. Clasificada como un alucinógeno, el cannabis se asocia con una serie de riesgos para la salud. Si bien son posibles las sobredosis y la toxicidad, el cannabis entraña un riesgo muy bajo de causar la muerte. Sin embargo, las probabilidades pueden aumentar cuando se combina con otras drogas.

La intoxicación aguda con cannabis se asocia con un mayor riesgo de:

  • Ansiedad
  • Deterioro de la atención y la memoria
  • Disforia
  • Mayor riesgo de sufrir accidentes y traumatismos
  • Náuseas
  • Pánico
  • Paranoia

El uso de la cocaína, un estimulante, se asocia con una amplia gama de problemas físicos y mentales y con conductas de riesgo, como tener relaciones sexuales no seguras, que a su vez aumentan las probabilidades de que los usuarios y sus parejas contraigan enfermedades de transmisión sexual y virus transmitidos por la sangre. El uso repetido de dosis elevadas de cocaína puede llevar a la psicosis. Existe también un riesgo considerable de complicaciones tóxicas, sobredosis y muerte súbita, comúnmente provocada por insuficiencia cardíaca. La combinación con el alcohol aumenta considerablemente la toxicidad cardiovascular y hepática.

  • Los problemas físicos más comunes asociados con el consumo de cocaína incluyen:
  • Agotamiento
  • Cefaleas
  • Disminución de la inmunidad a las infecciones
  • Entumecimiento y/u hormigueo
  • La persona se rasca o hurga la piel en forma repetida
  • Mayor riesgo de sufrir accidentes y traumatismos
  • Pérdida de peso
  • Piel fría y húmeda

Los problemas psicológicos pueden incluir:

  • Ansiedad
  • Comportamiento violento o agresivo
  • Depresión
  • Deterioro de la memoria
  • Dificultad para conciliar el sueño
  • Fluctuaciones del estado de ánimo
  • Paranoia

Los efectos de los estimulantes del tipo de las anfetaminas —anfetamina, dexanfetamina, metanfetamina y éxtasis— son similares a los de la cocaína, pero los perfiles farmacológicos de estas drogas son diferentes.

Los problemas y riesgos para la salud incluyen:

  • Arritmias
  • Cefaleas
  • Contractura de la mandíbula
  • Daño hepático
  • Deshidratación
  • Deterioro de la resistencia a las infecciones
  • Dificultad para conciliar el sueño
  • Dolor muscular
  • Disnea
  • Estrés cardiovascular, que puede llevar a la muerte súbita
  • Hemorragia cerebral
  • Pérdida del apetito, que provoca pérdida de peso
  • Temblores

Los efectos sobre la salud mental incluyen:

  • Agitación
  • Alucinaciones
  • Comportamiento violento o agresivo
  • Deterioro de la memoria
  • Dificultad para concentrarse
  • Fluctuaciones del estado de ánimo, que incluyen ansiedad, depresión, euforia, pánico y manía
  • Paranoia

El consumo de dosis elevadas de metanfetaminas en un período prolongado también afecta el riesgo de malnutrición y puede causar daños permanentes a las células cerebrales.

Los sedantes, los hipnóticos y las píldoras para dormir contienen benzodiazepinas y compuestos afines; todos ellos son depresores y normalmente se recetan para ayudar a las personas a dormir, o para tratar la ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo, el dolor muscular, las crisis convulsivas y los traumatismos. Los sedantes y los hipnóticos pueden causar problemas, en particular cuando se usan con más frecuencia o en dosis más elevadas de lo prescrito. Los síntomas de abstinencia incluyen ansiedad severa y pánico, insomnio, depresión, cefalea, sudor y fiebre, náuseas, vómitos y convulsiones.

Es muy poco probable que las sobredosis de benzodiazepinas provoquen la muerte, aun cuando se trate de dosis muy grandes. No obstante, cuando se combinan con otras sustancias como el alcohol, otras drogas depresoras u opioides, aumenta considerablemente el riesgo de una sobredosis y la muerte.

El uso de sedantes y píldoras para dormir se puede asociar con:

  • Cefaleas
  • Confusión, somnolencia y mareos
  • Depresión
  • Náuseas
  • Pérdida del equilibrio, marcha vacilante y un mayor riesgo de caídas

Los opioides son compuestos extraídos de las semillas de amapola. Tienen efectos en el organismo similares a los de la morfina y reducen el dolor al desacelerar las funciones del sistema nervioso central. Tanto los opioides prescritos legalmente como las versiones “callejeras” —la heroína y el opio— pueden generar numerosos problemas de salud. Las personas que usan opioides recetados corren un riesgo particular si usan las drogas con más frecuencia o en dosis más elevadas de lo prescrito. Se produce una sobredosis cuando la cantidad de opioide deprime el centro respiratorio y esto puede hacer que el usuario caiga en coma y muera. El riesgo de sobredosis es considerablemente mayor cuando el usuario también consume alcohol o toma otros sedantes.

Los efectos del uso en un lapso breve incluyen:

  • Deterioro de la memoria
  • Dificultad para concentrarse
  • Estreñimiento
  • Náuseas y vómitos
  • Prurito
  • Respiración superficial o disnea
  • Somnolencia

Los efectos del uso prolongado incluyen:

  • Depresión
  • Disminución de la libido
  • Impotencia
  • Insuficiencia respiratoria, que conduce a la muerte
  • Períodos menstruales irregulares

Los síntomas de abstinencia incluyen diarrea, calambres abdominales y vómitos; hipertensión y pulso acelerado; pensamientos acelerados; sudores y/o piel de gallina; bostezos, goteo nasal y ojos llorosos.

Los inhalantes, o solventes volátiles, se clasifican como depresores. Se los encuentra en muchos productos de uso doméstico o empleados en el lugar de trabajo: encendedores, botes de recarga, aerosoles, pegamentos basados en solventes, diluyentes químicos, líquidos correctores y líquidos para limpieza en seco. Los inhalantes se asocian con una serie de efectos graves, tanto a corto como a largo plazo. La inhalación de grandes cantidades puede causar confusión y desorientación, articulación confusa de las palabras, debilidad, temblores y alucinaciones visuales. En última instancia, el uso de inhalantes puede provocar el coma o la muerte debido a un ataque cardíaco.

Los efectos del uso por poco tiempo incluyen:

  • Ansiedad u otros trastornos del estado de ánimo
  • Cefaleas
  • Coma
  • Comportamiento impredecible y a veces peligroso
  • Crisis convulsivas
  • Delirio
  • Desorientación y somnolencia
  • Deterioro de la coordinación y la respuesta
  • Diarrea
  • Dolor muscular
  • Inconsciencia
  • Muerte por insuficiencia cardíaca
  • Náuseas y vómitos
  • Pérdida del control de sí mismo
  • Reducción de la provisión de oxígeno al cuerpo
  • Visión borrosa

El uso por un tiempo prolongado puede causar:

  • Cansancio extremo
  • Cefaleas crónicas, problemas en los senos paranasales, hemorragias nasales, tos persistente y ojos enrojecidos y llorosos
  • Comportamiento agresivo
  • Daño orgánico (cardíaco, pulmonar, hepático y renal)
  • Depresión
  • Estremecimientos y temblores
  • Indigestión y úlcera gástrica
  • Pérdida de la memoria y confusión
  • Síntomas similares a los de la influenza

Los efectos de los alucinógenos son imprevisibles y pueden variar de un usuario a otro o en diferentes ocasiones. Los alucinógenos pueden provocar imágenes retrospectivas, la recurrencia espontánea de los efectos del uso de alucinógenos en el pasado. El uso por un período prolongado puede aumentar los efectos de problemas mentales como la esquizofrenia.

El uso de alucinógenos puede causar:

  • Aceleración de la frecuencia cardíaca e hipertensión
  • Alteraciones de los sentidos: auditivas, visuales, olfativas y táctiles
  • Alucinaciones
  • Crisis convulsivas
  • Debilidad muscular
  • Dificultad para conciliar el sueño
  • Entumecimiento
  • Fluctuaciones del estado de ánimo, como ansiedad, pánico, euforia y paranoia
  • Náuseas y vómitos
  • Temblores y contracciones espasmódicas

El éxtasis (MDMA), un alucinógeno y estimulante del tipo de las anfetaminas, se asocia con una serie de trastornos muy poco frecuentes, pero que ponen en peligro la vida, tales como:

  • Alteraciones del equilibrio entre el sodio y el agua corporal
  • Daño hepático
  • Hemorragia cerebral
  • Hipertermia (temperatura corporal muy alta)

El éxtasis también puede llevar a problemas crónicos de salud mental, como deterioro de la memoria, depresión, trastornos de pánico, delirio e imágenes retrospectivas. Hay datos crecientes que prueban que el éxtasis es una neurotoxina que provoca daño neurológico en el cerebro.

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