La vigilancia genómica desempeña un papel crucial en la identificación temprana de patógenos emergentes y en la caracterización de los mecanismos de resistencia a los antimicrobianos (RAM). En este contexto, la OPS ha trabajado diligentemente junto con los Estados Miembros para mejorar la capacidad de secuenciación de los laboratorios tanto a nivel nacional como regional, así como para producir datos oportunos en apoyo de los sistemas de vigilancia de diferentes patógenos.
Dentro de las redes de vigilancia genómica coordinadas por la OPS, hay casos notables que ponen de relieve la dedicación de la Organización a preservar la salud pública en las Américas. La Red PulseNet de América Latina y el Caribe (PNALC) es una de esas redes que se centra en reunir datos regionales para vigilar los patógenos transmitidos por los alimentos a nivel mundial. En 2014, la OPS estableció una colaboración estratégica con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos y la Red de Laboratorios de Arbovirus de las Américas (RELDA). Esta colaboración dio lugar al proyecto ViGenDA, que posteriormente evolucionó hasta convertirse en la red de vigilancia genómica del virus del dengue y otros arbovirus.