Alarmante situación de niñas-madres en el país requiere de urgente atención de todas las instituciones
Guatemala, 9 de marzo de 2011 — Cada año, cientos de adolescentes son madres en Guatemala, muchas de ellas se embarazan producto de desinformación sobre sexualidad, o por matrimonios en edad muy precoz. Otras son embarazadas como resultado de violaciones sufridas en sus propios hogares. Las consecuencias de estos embarazos en niñas y adolescentes son terribles para ellas y para la sociedad.
Para las niñas las consecuencias son aterradoras porque un embarazo determina problemas mentales graves, interrumpe un plan de vida y contribuye a un ahondamiento de la víctima y de su familia en el círculo de la pobreza. Para la sociedad, estos embarazos se constituyen en un freno y obstáculo para el desarrollo socio-económico del país.
Para contrarrestar esta situación se requiere asegurar la educación formal, incorporar educación sexual en las escuelas, apoyar a las familias y los adolescentes con espacios de diálogo amigables. Además, si se considera que muchos de estos embarazos son resultado de abusos sexuales y violencia, es de vital importancia empoderar a estas niñas y sus familias en el conocimiento de sus derechos, denunciando a los perpetradores y rompiendo el silencio, el cual frecuentemente impide que estas situaciones salgan a luz pública.
Además, se requiere fortalecer el sistema judicial para la investigación de los casos y la aplicación de los castigos establecidos en la ley. La discriminación que sufren las jovencitas embarazadas en los servicios de salud también requiere un trabajo con los encargados de los centros de salud y hospitales para que puedan ofrecer a ellas, un trato humano y médico diferenciado que tomen en cuenta las características de tales usuarias y de los problemas de salud que podrían enfrentar.
Ayer, en el Congreso de la República, durante la celebración del Día Internacional de la Mujer el Observatorio en Salud Reproductiva (OSAR) y la Asociación de Ginecología y Obstetricia de Guatemala con apoyo de UNFPA y OACNUDH presentaron los datos sobre embarazos en niñas y adolescentes de 10 a 19 años, de los cuales destacan que en 2009 hubo 41,529 partos, lo que significa un 20% del total de partos en el país. La cifra registrada en 2010 es de 40,048 partos.
Estas cifras se vuelven alarmantes al conocer que en el año 2009 hubo 9 partos en niñas de 10 años, 19 en niñas de 11, 68 en niñas de 12, 301 en adolescentes de 13 años y 1,204 en adolescentes de 14 años, en un total de 1,601 partos registrados en niñas de 10 a 14 años. En relación a las mismas edades los datos aumentan en 2010 a 1,627, distribuidos así: 2 partos en niñas de 10, 23 en niñas de 11, 68 en niñas de 12, 262 en adolescentes de 13 y 1,272 en adolescentes de 14 años.
“Esta situación demuestra una situación grave de violación de los derechos humanos en niñas y mujeres que son víctima de un embarazo no deseado. Para ellas, un embarazo a tan temprana edad es una sentencia de vida a la pobreza. Es por esto - manifestó Pier Paolo Balladelli, Representante de la Organización
Panamericana de la Salud en Guatemala (OPS/OMS) – que hago un llamado a todos los decisores, a las entidades civiles, a los hombres de buena voluntad así como a las mismas mujeres, para que sean agentes de cambio en sus comunidades; a que luchen por la educación formal, por la educación sexual en las escuelas, y por la creación de espacios de diálogo en materia de derecho y salud para los jóvenes. Además, se necesita formar a los profesionales de la salud de manera que puedan llevar las consultas médicas con los criterios necesarios para las adolescentes embarazadas, incluyendo el apoyo psicológico”, destacó.
El OSAR es una red integrada por instituciones públicas, organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales, entre ellas, la Organización Panamericana de la Salud, que trabajan en el monitoreo y fiscalización de la implementación de las políticas relacionadas con la salud sexual y reproductiva.