Lima, 09 de noviembre de 2017.- Varios países de las Américas, entre los que se encuentra Perú, están sufriendo un incremento de la obesidad y el sobrepeso en la población infantil y adolescente sin precedentes en la historia reciente. La obesidad en la primera etapa de la vida se asocia al desarrollo de enfermedades crónicas, como la diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y varios cánceres y es por esto que la actual epidemia de obesidad en la infancia debe considerarse como una emergencia de salud pública. Hay consenso en la comunidad científica sobre la asociación entre el consumo elevado de grasas saturadas y azúcar y el desarrollo de obesidad, así como sobre el impacto negativo del exceso de consumo de sal en la alimentación y es por ello que la Organización Mundial de la Salud recomienda limitar el consumo de grasas saturadas, reducir consumo de azúcar añadido y sodio y eliminar el consumo de las conocidas como grasas trans.
Ante esta situación, la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) comprometida con la promoción de la salud de los niños, niñas y adolescentes, desean señalar algunos elementos que ayuden a la ciudadanía a comprender mejor el actual debate sobre opciones de etiquetado de productos alimenticios procesados y ultra-procesados.
Algunos países de la Región de las Américas han desarrollado marcos regulatorios para la promoción de la alimentación saludable para niños, niñas y adolescentes, con un abordaje integral. Una de las medidas estrella en estos marcos regulatorios es la inclusión de un sistema de etiquetado frontal que informe de una manera sencilla, clara y concisa sobre aquellos elementos con potencial efecto negativo sobre la salud: “Alto en sodio”, “Alto en azúcar”, “Alto en grasas saturadas” y la advertencia de “Contiene grasas trans”; esta información permite al ciudadano ejercer su derecho a una toma de decisiones informada.
Desde algunos sectores se promueve la utilización de sistema GDA (Guías Diarias de Alimentación) asociado a un sistema de colores conocido como “semáforo”, que informa, con un sistema de 3 colores, de bajo, medio y alto para distintos nutrientes de forma simultánea. Esta combinación genera un sinnúmero de posibles combinaciones de clasificación, aparición simultánea de varios colores y mimetización de los colores del etiquetado de información nutricional con otros elementos en el empaque del producto, induciendo a confusión al consumidor y disminuyendo el potencial beneficio superior de la protección de la salud de la población.
Por lo expuesto, la OPS/OMS recomienda a los países que deciden incluir en su etiquetado de productos alimenticios procesados y ultra-procesados información que permita al consumidor tomar decisiones encaminadas a proteger su salud, la utilización de sistemas visibles, claros y concisos, con advertencia con texto (i.e. “EXCESIVO EN” o “ALTO EN”) en la cara frontal superior de los productos que contengan cantidades excesivas de sal, azúcar añadido y grasas saturadas, así como informar sobre la presencia de grasas trans.