Tegucigalpa, 6 de diciembre 2022 (OPS/OMS). La Secretaría de Salud socializó el «Protocolo de Atención Integral a Personas Víctimas/ Sobrevivientes de Violencia Sexual», el cual incluye la protección fundamental del derecho a una vida digna, el derecho al nivel más alto posible de salud física y mental, garantizando los derechos sexuales y reproductivos de la población. Con la aprobación y presentación de este protocolo en Honduras se está dando cumplimiento a las convenciones internacionales ratificadas por Honduras y a sus instrumentos jurídicos nacionales.
En la elaboración del documento se contó con la asesoría técnica de la OPS/OMS y UNFPA, en conjunto con instancias del gobierno como la Secretaría de Asuntos de la Mujer y el Instituto Hondureño de Seguridad Social, las organizaciones feministas integradas en el GE-PAE, incluyendo CDM y Médicos sin Fronteras y asociaciones gremiales como la SGOH.
“El rol del sector salud es trascendental para enfrentar la violencia sexual. Este puede concientizar, prestar servicios integrales de calidad, hacer una detección temprana de las personas afectadas, prestar cuidado y apoyo apropiado, promover normas de género igualitarias e incorporar una educación integral sobre sexualidad en los planes de estudio dirigido a adolescentes y jóvenes. Estas son algunas de las funciones importantes que el sector salud puede desempeñar y asi prevenir la violencia contra la mujer y ser parte de una respuesta con un enfoque multisectorial", mencionó la Dra. Amalia Ayala, Asesora de Familia, Promoción de la Salud y Curso de Vida de la OPS/OMS en Honduras.
En 1996 la OMS reconoció a la violencia contra la mujer como problema de Salud Pública, poniendo de manifiesto las graves consecuencias que sobre la integridad de las personas y del sistema de salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada tres mujeres de las Américas sufre violencia física y/o sexual a lo largo de su vida. La violencia de pareja es la forma más común de violencia contra las mujeres, y se estima que hasta 66 millones de mujeres y adolescentes han sufrido esta forma de violencia en la región.