Montevideo, 6 de noviembre de 2024. En respuesta a la necesidad de acelerar la reducción de la mortalidad materna en las Américas, especialmente tras los retrocesos causados por la pandemia de COVID-19, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) convocó a un taller regional en Bogotá, Colombia, los días 21 y 22 de octubre. Este evento se centró en la necesidad de mejorar la medición y monitoreo de la mortalidad materna, y en la implementación de estrategias nacionales y subnacionales, en el marco del Llamado a la acción que realizó el director de la OPS, Dr. Jarbas Barbosa, en junio de 2024.
Llamado a la acción: Cero muertes maternas evitables
El llamado a la acción hace un fuerte hincapié en el fortalecimiento de la atención primaria de salud (APS) como pilar para reducir las muertes maternas evitables. La estrategia planteada, cuenta con seis líneas de acción estratégicas y busca alinear los esfuerzos de todos los países en la región, priorizando intervenciones sostenibles y centradas en la equidad en el acceso a servicios de salud materna de calidad.
La directora del Centro Latinoamericano de Perinatología, Salud de la Mujer y Reproductiva (CLAP/SMR), de OPS, Dra. Suzanne Serruya, explicó que se identificaron 12 países prioritarios para la implementación de la estrategia: Bolivia, Brasil, Colombia, República Dominicana, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Paraguay, Perú y Venezuela.
Serruya expresó que esta estrategia es un marco, pero es necesario que cada país se apropie de este documento para adecuarlo a las necesidades y realidades de cada territorio. “Desde OPS estamos para acompañar y apoyar a los ministerios para una adecuada implementación”, expresó.
Contexto y desafíos
De acuerdo a los datos del Grupo Interagencial de Estimación de la Mortalidad Materna (MMEIG), entre 2000 y 2014, la razón de mortalidad materna (RMM) en las Américas experimentó una reducción anual del 1.2%, significativamente más lenta que el promedio mundial. Además, entre 2015 y 2020 la RMM regional pasó de 58 a 68 muertes maternas por cada 100,000 nacidos vivos, lo que marca una desviación preocupante de las tendencias globales de reducción continua.
La pandemia de COVID-19 exacerbó aún más las vulnerabilidades en los sistemas de salud de la región, intensificando las disparidades existentes en el acceso a servicios esenciales de salud materna. Como resultado, la pandemia contribuyó a un exceso de mortalidad materna, afectando de manera desproporcionada a mujeres y adolescentes que ya enfrentaban importantes barreras para acceder a una atención de salud de calidad incluso antes de la crisis.
El asesor regional en Salud Materna de OPS, Bremen De Mucio, señaló que es importante centrar la mirada en la perspectiva de derechos y justicia social. “Están muriendo mujeres que no deberían morir. La gran mayoría de muertes maternas son evitables. Es un tema que nos debe interpelar a todos y por eso es urgente actuar en consecuencia”.
Estimaciones precisas como herramienta para la reducción de la mortalidad materna
Un elemento clave para poder trabajar sobre las causas de las muertes maternas es fortalecer la capacidad de los equipos nacionales para estimar y analizar la mortalidad materna de manera más precisa.
Esto suele ser un desafío porque, en la medida que se cuenta con metodologías más precisas es esperable que se identifiquen más casos de muertes maternas. Sin embargo, conocer con exactitud no solo el número, sino cuáles fueron las causas y qué se podría haber hecho diferente para evitar esas muertes, es crucial para poder avanzar realmente y de forma sostenida en la reducción de la mortalidad materna.
La jefa de la unidad de Análisis y Métricas de Salud de la OPS, Dra. Adrienne Cox, señaló que es fundamental tener datos y, sobre todo, saber cómo utilizar esos datos. “Ante el contexto actual, está claro que no podemos seguir haciendo lo mismo. Tenemos que hacer algo diferente para obtener resultados diferentes”.
A través de esta iniciativa, se buscó fortalecer los sistemas de salud, mejorar la fiabilidad de los datos de salud materna y promover intervenciones basadas en evidencia que conduzcan a una reducción sostenible de la mortalidad materna en las Américas.