En Cuba se desarrollan cuatro candidatos vacunales contra la COVID-19: Soberana 01, Soberana 02, Mambisa y Abdala; esfuerzos que despiertan interés dentro y fuera del país por las expectativas que existen en todo el mundo en relación con la posibilidad de controlar la pandemia mediante la inmunización.
Con la intención de intercambiar sobre este tema llegaron hasta la Representación de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) en La Habana varias de las personas que protagonizan la labor científica relacionada con esos proyectos de vacunas: Dr. Vicente Vérez, Director del Instituto Finlay de Vacunas (IFV); MSc. Olga Lidia Jacobo, Directora del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED); Dra. Marta Ayala, Directora del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB); y Dr. Rolando Pérez, miembro de Mérito de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC).
Acudieron para participar en una sesión virtual dedicada a conocer sobre los principales avances en los estudios clínicos que se implementan, donde también comparecieron la MSc. Amaylid Arteaga, Directora del Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos (CENCEC), quien asistió a título del Ministerio de Salud Pública (MINSAP); y el Dr. José Moya, Representante de OPS/OMS, encargado de las palabras de bienvenida y la coordinación del panel.
La sesión empezó con las intervenciones de la Dra. Amaylid y la Msc. Olga Lidia, que ahondaron en torno a los roles del CENCEC y el CECMED durante la elaboración, experimentación y prueba de las vacunas cubanas, procesos marcados por la implementación de procedimientos flexibles y encuentros técnicos muy útiles, que han permitido fomentar la discusión científica y la integración en función de un mismo propósito: conseguir vacunas seguras y efectivas para la prevención de la COVID-19 en el menor tiempo posible.
El Dr. Vérez comentó que Soberana 02, vacuna conjugada con toxoide tetánico que actualmente atraviesa por la fase 2 de ensayos clínicos, muestra resultados alentadores. Luego de aplicar la primera dosis a 120 personas aproximadamente, alrededor del 70% ha respondido con títulos altos de anticuerpos.
Dijo, además, que se aspira a que este candidato pase a la fase 3 de investigación el venidero 1ero de marzo; etapa en la cual se deben administrar entre 60 mil y 150 mil dosis para, al mismo tiempo, tener el beneficio de proteger a un elevado número de personas. Afirmó que, en general, se trata de vacunas muy seguras, que no han generado reacciones adversas importantes ni en convalecientes.
Asimismo, indicó que establecen una estrategia para evaluar la vacuna Soberana 02 en niños mayores de cinco años a finales de febrero. De esa forma se podría contar con un candidato vacunal que pueda proteger a la población pediátrica, considerando que las nuevas variantes circulando en el mundo están afectando también a niños y adolescentes.
Por su parte, la Dra. Ayala comenzó comentando sobre la trayectoria del CIGB. De manera puntual hizo referencia a la vacuna recombinante contra la hepatitis B, que ofrece cobertura de inmunización a todos los niños en Cuba. Desde su aplicación en 1992 ha permitido exhibir excelentes resultados en lo relativo a la presencia de esta enfermedad en menores de 15 años y se puede decir que también es una vacuna preventiva contra el cáncer, porque evita una de las principales causas del cáncer hepático.
En cuanto a los candidatos vacunales cubanos, acotó que la perspectiva de trabajo en el país no ha sido desarrollar una única propuesta y contar con una tecnología solamente, sino poner todas las tecnologías conocidas y las capacidades instaladas en función de lograr varias aproximaciones.
Sobre el candidato vacunal Mambisa, uno de los impulsados por su institución, apuntó que es innovador debido a que explora la vía de administración intranasal. Este combina el antígeno RBD con el antígeno de la hepatitis B y los ensayos clínicos correspondientes, iniciados en diciembre de 2020, han demostrado que se trata de una formulación bien tolerada y segura.
Abdala, el otro candidato desarrollado por el CIGB, es más sencillo. Se basa en una proteína recombinante formulada en gel hidróxido de aluminio; un adyuvante ampliamente usado en seres humanos y que permite estimular el sistema inmune, sobre todo cuando se aplica por vía intramuscular.
Los ensayos clínicos de Abdala, que también comenzaron el pasado diciembre con el fin de evaluar la seguridad y la inmunogenicidad, se han venido desarrollando en la provincia Santiago de Cuba y hasta la fecha han indicado que la vacuna es segura. No se han reportado eventos adversos graves y hay una alta correspondencia entre los niveles de anticuerpo y la dosis. La fase 2 de estos estudios comenzó en la misma provincia el pasado lunes 1ero de febrero.
En la parte final de la sesión, el Dr. Rolando Pérez calificó el debate como muy interesante y reflexionó acerca de la importancia que han tenido los esfuerzos científicos de todas las partes del mundo para poder avanzar en el tema de las vacunas contra la COVI-19, lo que ha determinado que los proyectos de este tipo tengan una dinámica especial, a partir de la comparación entre los resultados de las múltiples investigaciones que se impulsan a nivel global. Asimismo, habló de los beneficios que ha traído para el caso cubano la integración entre las instituciones y el rigor con el que se ha trabajado, premisas que, sin dudas, han sido claves de éxito.
El Dr. Moya cerró el encuentro agradeciendo a los panelistas y reiterando la importancia de respetar las medidas de prevención que diariamente recuerda en la conferencia de prensa televisada el Director Nacional de Epidemiología, Dr. Francisco Durán; fundamentalmente respetar el distanciamiento; usar correctamente la mascarilla y lavarse las manos. Recordó el Representante de OPS/OMS que esta debe ser la conducta a seguir hasta que las vacunas logren controlar la pandemia.