Ciudad de México, 4 de enero de 2021 – a finales del año pasado, la OPS hizo una primera donación al país de 100 mil pruebas rápidas de detección de antígenos de SARS-CoV-2, las mismas habían sido previamente evaluadas por el InDRE y aprobadas por COFEPRIS para su uso en el diagnóstico de pacientes sintomáticos según la definición operacional de casos vigente en el país.
Las pruebas de detección de antígenos de SARS-CoV-2 son pruebas rápidas que sirven para el diagnóstico de COVID-19 al pie del paciente, en laboratorios clínicos o en laboratorios no formales (sitios y comunidades remotas, investigación de brotes) sin requerir una mayor inversión en equipamiento, por medio de la detección de un antígeno proteico del virus en muestras de hisopado nasal o nasofaríngeo. Las pruebas están diseñadas para realizarse por profesionales de la salud debidamente capacitados y para obtener un diagnóstico dentro de 15 a 30 minutos, además tienen un costo de producción 50% menor respecto de las pruebas moleculares rt-PCR, conservando características indispensables de alta especificidad (más del 97%) y sensibilidad (más del 80%).
La Secretaría de Salud, y en particular la Dirección General de Epidemiología, DGE, el CENAPRECE, el CCINSHAE y el INSABI, adoptaron una estrategia de promoción, prevención, atención y mitigación de COVID-19 y continuidad de acciones esenciales de salud pública a nivel comunitario y del primer nivel de atención en el marco de la Atención Primaria a la Salud (APS); dicha estrategia se centra en el trabajo de tres grupos de acción:
- brigadas comunitarias de promoción de la salud,
- brigadas especializadas y,
- equipos de atención clínica de unidades de salud del primer nivel de atención.
Por su parte, la OMS emitió el 11 de septiembre pasado, un documento de guía para el uso de pruebas de detección de antígenos en cinco escenarios:
- Para responder a presuntos brotes de COVID-19 en entornos remotos, instituciones y comunidades semicerradas donde las pruebas moleculares no están disponibles.
- Para apoyar las investigaciones de brotes, por ejemplo, en grupos cerrados o semicerrados incluyendo escuelas, residencias, cruceros, prisiones, lugares de trabajo y dormitorios, entre otros.
- Para monitorear las tendencias en la incidencia de enfermedades en comunidades, y particularmente entre trabajadores esencias y trabajadores de la salud durante brotes o en regiones de transmisión comunitaria generalizada, donde el valor predictivo positivo y negativo de la prueba de detección de antígenos son suficientes para permitir un control eficaz de las infecciones.
- Donde hay una transmisión comunitaria generalizada, las pruebas de detección de antígenos se pueden utilizar para la detección temprana y aislamiento de casos positivos en establecimientos de salud, centros de realización de pruebas de COVID-19, residencias de ancianos, prisiones, escuelas, entre trabajadores de primera línea y de la salud y para seguimiento de contactos.
- La realización de la prueba en contactos asintomáticos de casos puede ser considerada incluso si la prueba de detección de antígenos no está específicamente autorizada para este uso.
México, en colaboración con la OPS está desarrollando un estudio piloto que valide un plan de implementación de las pruebas rápidas de detección antígenos del SARS-CoV-2 para ampliar y diversificar el arsenal de diagnóstico de laboratorio y la vigilancia epidemiológica de la COVID-19 desde el nivel comunitario con los siguientes objetivos:
- Vigilancia y atención clínica en el marco de APS desde la comunidad.
- Coordinar con las entidades federativas y los establecimientos seleccionados, en el seguimiento de la implementación.
- Analizar los resultados obtenidos de los estudios de campo de pruebas de detección de antígenos.
Así mismo, la OPS, en estrecha colaboración con el InDRE, han preparado un video de capacitación en el uso correcto de las pruebas de detección de antígenos de SARS-CoV-2 que será diseminado entre el personal sanitario a cargo de su aplicación.