Río de Janeiro, 30 de marzo de 2020 - El Centro Panamericano de Fiebre Aftosa y Salud Pública Veterinaria de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud - considera que la principal arma que tenemos contra la pandemia de COVID-19 es la información, por lo que deben combatirse las noticias falsas.
Circulan en las redes sociales y en los medios de comunicación audios, videos e información sobre la vacuna V10 o V8 para perros como un medio de protección contra la COVID-19. También, esa información circula como un medio errado de exponer un supuesto conocimiento previo del hombre acerca de la enfermedad, minimizando la gravedad de los efectos que la pandemia está causando en el mundo.
Los coronavirus pertenecen a una gran familia de virus (familia Coronaviridae) que circulan entre los animales silvestres y domésticos, y en el hombre han sido responsables de otras epidemias en el pasado, como el SARS en 2002/2003 (causado por el virus SARS-COV) y el MERS en 2012 (causado por el virus MERS-COV). La pandemia de COVID-19 surgió en diciembre de 2019 en China, causada por el virus SARS-COV-2 –un virus totalmente nuevo con el que el hombre nunca antes había tenido contacto como resultado de una mutación de un coronavirus de animales silvestres que se transmitió al hombre.
Los animales silvestres y domésticos también se ven afectados por los virus de la familia de los coronavirus. Entre los animales domésticos conocemos, por ejemplo, el coronavirus PEDV que afecta a los cerdos, el coronavirus IBV que afecta a las aves, el FCOV que afecta los gatos, y el CCOV que afecta a los perros. En los perros, el CCOV causa síntomas de diarrea y vómitos persistentes, que pueden conducir a la muerte. Los perros contraen la enfermedad a través de las heces de otros perros infectados, y para protegerlos, su veterinario aplica anualmente las vacunas V10 o V8 a su perro.
Estas vacunas se desarrollaron específicamente para perros y para el CCOV y, por lo tanto, no protegen a los humanos contra el SARS-COV-2 (COVID-19). Si se aplican a humanos, pueden causar efectos adversos locales e incluso sistémicos. También enfatizamos que el coronavirus CCOV de los perros no es transmisible al hombre, así como no hay evidencia científica de que los perros transmitan la COVID-19. Hasta la fecha, no existe una vacuna que proteja a los humanos contra el SARS-COV-2.