Buenos Aires, 28 de agosto de 2013 (OPS/OMS).- El representante de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) en Argentina, Pier Paolo Balladelli, consideró hoy necesario que las poblaciones se concienticen sobre el aumento en el mundo de personas con trastornos mentales para facilitar el abordaje de la salud mental tanto en la comunidad como en la agenda política. Así lo indicó durante una conferencia realizada en el Congreso Mundial de Salud Mental que se desarrolla en Buenos Aires.
"En 1990 se calculaba que las afecciones psiquiátricas y neurológicas explicaban el 8,8% de los años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAT) en América Latina y Caribe; en el año 2004 esa carga había ascendido a 22%", explicó Balladelli durante la disertación "El rol de la salud mental en el contexto americano y global: hacia un enfoque de derecho y equidad". Actualmente, cerca del 30% de la carga total de enfermedades no trasmisibles se debe a los trastornos mentales. Sin embargo, aún es muy amplia la brecha que exhiben los países entre prevalencia y tratamiento.
El representante dijo que es importante que los Gobiernos se alíen con el sector judicial y el legislativo para lograr cambios importantes en el sector. En este sentido, resaltó la reglamentación de la ley argentina de salud mental. También abogó por la expansión de servicios basados en la comunidad para el tratamiento y rehabilitación, los cuales representan una alternativa a los hospitales psiquiátricos. Los servicios pueden consistir, por ejemplo, en apartamentos protegidos donde los pacientes puedan residir y oportunidades para que trabajen. "La desmanicomialización, de todas formas, debe ser gradual para preparar los servicios y al usuario para una correcta inserción social", evaluó Balladelli, quien destacó la experiencia de algunos países en la capacitación de profesionales y trabajadores de la salud en la atención de trastornos mentales.
También es relevante, apuntó, aplicar el concepto de "salud en todas políticas", es decir, "actuar en estrategias y acciones en otros sectores por fuera de la salud, que pueden determinar impactos sanitarios. La vulnerabilidad de grupos, como aquellos de bajos recursos o quienes han afrontado situaciones de desastres, y el efecto de los determinantes sociales en esos grupos facilitan la aparición de condiciones y trastornos psicosociales en los que hay que trabajar con respuestas sociales que apunten a la equidad. Algunas de las estrategias claves para mejorar la salud mental de las poblaciones están plasmadas en el Plan Integral de Salud Mental 2013-2020, presentando este año por la OMS.
El funcionario de Naciones Unidas se refirió a su vez a la "estrecha relación" que existe entre el infarto, la diabetes y la depresión, entre las cuales se determina un círculo vicioso que ocasiona una alta vulnerabilidad. Además, advirtió sobre la estigmatización y discriminación a la que muchas veces son sometidas las personas con padecimiento mental, lo cual impacta en las familias y también en el desarrollo de los países. "Por eso, la justicia social y la protección de derechos tienen impacto en favor de la salud mental", remarcó.
Al indagar en las causas de los trastornos mentales, sostuvo que las adicciones, las personas presas y la violencia familiar, por ejemplo, son factores determinantes de vulnerabilidad que pueden ocasionar afecciones en la salud mental. "También está claro que muchos trastornos tienen su comienzo en las primeras etapas de la vida", detalló, e insistió en que es fundamental intervenir precozmente en la promoción y protección de la salud mental de niños y adolescentes.
En el marco del Congreso de Salud Mental también se desarrolla la I Jornada Nacional de Salud y Derechos Humanos, donde el asesor en Sistemas y Servicios de Salud de la OPS/OMS en Argentina, Alejandro Gherardi, brindará hoy una disertación sobre Salud, Derechos Humanos y Trabajo. Allí explicará la amplia interrelación entre estos ámbitos. Estos sectores se unen en los determinantes sociales de la salud, como el agua, saneamiento, trabajo, vivienda y educación, entre otros.
La relación entre salud y derechos humanos se expresa en varios sentidos: tanto en la repercusión positiva que pueda tener una política o ley sobre los derechos humanos, como en la violación de los derechos humanos que puede significar un efecto negativo en bienestar físico, mental y social. Asimismo, el vínculo entre salud y trabajo también resulta clave y se plasma en múltiples factores. Incluso, el impacto de la salud de los trabajadores sobre su calidad de vida, la de su familia y de la comunidad constituye éticamente el valor principal y la justificación social más trascendente para el desarrollo de las estrategias de cobertura.
Presentación del Dr. Balladelli - Versión Power Point