Tegucigalpa, 28 de julio de 2020 (OPS/OMS).- A través de un foro virtual autoridades de la Secretaría de Salud y Representantes de la OPS/OMS inauguraron el Día Mundial de la Hepatitis, actividad que se conmemora cada año el 28 de julio para aumentar el conocimiento de la hepatitis viral, enfermedad que se desarrolla por una inflamación del hígado que causa una variedad de problemas de salud, incluido el cáncer de hígado.
El lema de este año es "Futuro libre de Hepatitis", basado en la prevención de la hepatitis B entre madres y recién nacidos, como un llamado a las autoridades nacionales, trabajadores de salud, trabajadores comunitarios, población en riesgo y población general para que trabajar unidos y alcanzar las metas hacia la eliminación de esta enfermedad para 2030.
Hay cinco cepas principales del virus de la hepatitis: A, B, C, D y E. Juntas las hepatitis B y C son la causas más comunes de muerte con 1.3 millones de vidas perdidas cada año. En medio de la pandemia de COVID-19, la hepatitis viral continúa cobrando miles de vidas todos los días.
En su mensaje inaugural el Dr. Marco Urquía, Coordinador de la Mesa de Hepatitis Virales y en representación de la Ministra de Salud dijo que “en nuestro país reconocemos la importancia de su control y eliminación para el año 2030, como secretaría hemos seguido los lineamientos de la OPS/OMS y como estrategia de país se ha conformado una mesa técnica integrada por expertos en salud pública, infectólogos, microbiólogos y la OPS/OMS, quienes han preparado un plan de acción que permite tener fortalecer la red nacional de laboratorio, el manejo clínico a través de protocolos, estrategias de vacunación para hepatitis A y B, así como la inclusión en el cuadro básico de medicamentos para el tratamiento de esta enfermedad.
Por su parte el Dr. Rodolfo Peña, Asesor de Enfermedades Transmisibles de la OPS/OMS en Honduras, dijo que los servicios de prevención y atención para la hepatitis son esenciales incluso durante la pandemia de la COVID-19, siendo muy importante garantizar que la embarazada tenga acceso a la prueba de hepatitis B y que los recién nacidos y lactantes reciban la vacuna como una prioridad.
Según estadísticas de la OMS a nivel mundial 325 millones de personas viven con hepatitis B y C, de estas se reportan 900,000 muertes cada año por hepatitis B. Solo el 10% de las personas que viven con hepatitis B y 19% de hepatitis C conocen su diagnóstico. Con respecto a la vacuna un 42% de los niños que nacen tienen acceso a la dosis contra hepatitis B.
En Honduras el número de casos de hepatitis virales ha disminuido gradualmente. En el año 2014 se acumularon 2,202 casos mientras que en el 2019 solo se reportaron 1725. Hasta la fecha se contabilizan 1320 casos de los cuales el 63% (832 casos) corresponden a hepatitis A, el 37% (488 casos) corresponden a hepatitis B, y a la fecha no se ha tenido casos de Hepatitis C.
En general la presentación de los casos muestra un predominio hacia el sexo femenino con 52.6% y 47.4% hacia el sexo masculino, el grupo de edad más afectado es el de los mayores de 15 años con 62.82% (830 casos), con menor ocurrencia le sigue el grupo de edad de 5 a 14 años con 30.7% (406 casos) y finalmente el grupo de edad de 1 a 4 años con 6.4% (84 casos). La distribución geográfica por departamentos y regiones sanitarias que superan la tasa nacional de 14.18 por 100,000 habitantes son: Atlántida, Yoro, Valle, Intibucá, La Paz, Ocotepeque y la Región Metropolitana del Distrito Central.
En este momento donde nos enfrentamos a un sin número de desafíos de salud pública no debemos olvidar la importancia de mantener habilitados los servicios esenciales en el contexto de la pandemia de COVID 19 a través de:
- Prevenir la infección entre los recién nacidos con la vacunación. Todos los recién nacidos deben inmunizarse contra la hepatitis B al nacer, seguidos de al menos 2 dosis adicionales.
- Detener la transmisión de madre a niño, todas las mujeres embarazadas deben hacerse pruebas de detección de hepatitis B, VIH y sífilis de forma rutinaria y recibir tratamiento si es necesario.
- No dejar a nadie detrás. Todos deberían tener acceso a los servicios de prevención, pruebas y tratamiento de la hepatitis, incluidas las personas que se inyectan drogas, las personas en las cárceles, los migrantes y otras poblaciones altamente afectadas.
- Expandir el acceso a pruebas y tratamiento. Las pruebas y el tratamiento oportunos de la hepatitis viral pueden prevenir el cáncer de hígado y otras enfermedades hepáticas graves.
- Mantener los servicios esenciales de hepatitis durante COVID-19. Los servicios de prevención y atención de la hepatitis, como la inmunización infantil, los servicios de reducción de daños y el tratamiento continuo de la hepatitis B crónica, son esenciales incluso durante la pandemia.