28 de mayo de 2013 (OPS/OMS).- En un pequeño dispensario de una de las zonas más rezagadas de Argentina y en un hospital del centro de la ciudad de Buenos Aires se repite la imagen: una mujer aguarda para vacunar a su hija de 11 años contra el Virus del Papiloma Humano (VPH). En este país de Sudamérica, las vacunas no conocen de condiciones sociales.
El Calendario Nacional cuenta con 16 inmunizaciones gratuitas y obligatorias que se aplican en los centros de salud de toda la nación, entre ellas, la que previene VPH, una de las primeras en su tipo en la región y la cual es adquirida a través del Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS).
"Las vacunas son en Argentina un bien social que nos iguala a todos: permiten construir equidad en salud y que todos tengamos acceso a la prevención", definió el ministro de Salud Juan Manzur.
Tres dosis por el futuro
Entre las vacunas más recientes que incorporó Argentina figuran las tres dosis contra el VPH que deben aplicarse todas las niñas de 11 años con miras a prevenir el cáncer de cuello de útero, que en Argentina causa cada año más de 3.000 nuevos casos por año y unas 1.800 muertes, especialmente en las poblaciones más vulnerables. Se trata de la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres a nivel mundial, entre los 35 y 64 años.
Desde su inclusión, en 2011, la primera dosis alcanzó más del 80 por ciento de cobertura; la segunda dosis, cerca del 60; y la tercera, alrededor del 50, según datos oficiales. "Podemos aprovechar esta vacuna para disminuir las inequidades entre las provincias argentinas. Es notorio que en las provincias del norte tienen las cargas de cáncer cérvico uterino más elevadas y la vacuna puede contribuir a disminuirlas", explicó el representante de la OPS/OMS en Argentina, Pier Paolo Balladelli.
Las autoridades resolvieron aplicar la vacuna a los 11 años, previo al contacto de las niñas con el virus. "Vacunar en la adolescencia significa que esa chica que va a empezar a tener relaciones sexuales en un futuro, llega a la vida sexual ya protegida por la vacuna", señaló el presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, Pablo Bonvehí. "Dentro de algunos años —evaluó- vamos a ver los resultados y el impacto que va a tener esto en el cáncer de cuello de útero en la mujer".
Prevención por diversas vías
Como complemento de la estrategia de vacunación, el país también lleva adelante el Proyecto de Evaluación de la Modalidad Autotoma del Test de VPH (EMA) en la provincia norteña de Jujuy, que tiene incorporado el test del virus como tamizaje primario.
El Proyecto EMA fue implementado en 2011, con la colaboración del Ministerio de Salud provincial y la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer de la OMS. "El objetivo de este proyecto de investigación es evaluar la efectividad de la modalidad de autotoma del test, una herramienta fundamental para sortear algunas de las barreras que tienen las mujeres al momento de acceder al tamizaje, vinculadas con el pudor, la inaccesibilidad geográfica a los centros de salud o la falta de recursos humanos para la toma de las muestras", señaló Silvina Arrossi, coordinadora científica del Programa Nacional de Prevención de Cáncer Cérvico-uterino.