La Paz, 28 de octubre de 2022 (OPS/OMS). El Gobierno Autónomo Indígena Kereimba Iyambae o antes municipio de Gutiérrez, territorio ubicado en el Chaco boliviano, cuenta con una de las experiencias más antiguas de salud comunitaria del país, a través de promotores de salud guaraníes.
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Los promotores son elegidos por miembros de la comunidad, deben demostrar compromiso y voluntad para trabajar por el desarrollo de su pueblo, desde la salud y la educación. Son muchos años en el Chaco boliviano que los promotores se han convertido en el nexo entre la comunidad y el personal de salud. Es un trabajo voluntario, sin remuneración económica.
En el contexto del proyecto Chaco Salud de Fortalecimiento de las capacidades de respuesta al COVID-19 en establecimientos de salud y comunidades indígenas vulnerables en el departamento de Santa Cruz, la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), junto al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD y Plan Internacional – PI, financiado por la Unión Europea, han desarrollado capacitaciones para mejorar las destrezas básicas en salud de los promotores de salud guaraníes desde el manejo de termómetros, el reconocimiento de una persona deshidratada, los síntomas de la preclamsia, el llenado del cuaderno de salud de su comunidad, hasta cómo distinguir los signos y síntomas de la COVID-19, así como las formas de su contención a través de las medidas de bioseguridad.
Máximo Vaca es promotor de salud desde hace varios años de la comunidad Parlamento, es un miembro respetable y reconocido en la zona. Los pobladores y autoridades saben que es actor central en la vigilancia comunitaria y en la prevención de las enfermedades que más afectan a las personas en la zona.
En la comunidad Guirapayeti, Cristina Farel es otra promotora de salud encargada dar charlas educativas en el mismo idioma de la comunidad. “A mí me gusta mucho trabajar en la salud, fui saliendo a las reuniones, también a talleres y fui aprendiendo”, expresa.
Olinfa Soto es la autoridad Comunal de Salitralmi – Zona Kaguazu y asegura que los promotores comunitarios de salud son esenciales para la educación en salud. Cuenta que durante los primeros meses de la pandemia por COVID-19, en muchas comunidades las familias con casos positivos fueron puestos en cuarentena y que era justamente el promotor de salud que cumpliendo con todos las medidas de protección y en coordinación con el personal de salud, brindaba apoyo emocional a la familia y elaboraba la lista de necesidades básicas, medicamentos y alimentos para apoyar a los afectados, organizando en la comunidad la preparación de ollas comunes para los que atravesaban la enfermedad. De esta manera, los promotores se convirtieron en una pieza fundamental de apoyo para el personal de salud en el control y vigilancia de los casos positivos de COVID-19.
Para el pueblo guaraní la práctica de la medicina tradicional es parte de su cultura. En este contexto, los promotores de salud fueron y son capacitados en la herbolaria de la medicina tradicional para cubrir la falta de medicamentos en las comunidades. Esta práctica es complementaria a la labor que cumplen los profesionales de la salud en la zona.
El director del hospital municipal de Kereimba Iyambae, Freddy Segundo, sostiene que el personal de salud coordina estrechamente con los promotores para el seguimiento adecuado de los pacientes en las comunidades. “Eso fue una fortaleza para nosotros y gracias a ellos la transmisión del virus que produce la COVID-19 fue controlada en las comunidades”, sostiene Segundo.