Washington, DC, 27 de septiembre de 2023 (OPS)- Autoridades reunidas en el 60.º Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) aprobaron hoy una nueva estrategia regional destinada a mejorar la salud mental y la prevención del suicidio en las Américas y a movilizar recursos para dar respuesta a la demanda de atención.
La nueva estrategia responde al impacto que la pandemia de COVID-19 ha tenido en el aumento de la prevalencia de los problemas de salud mental y en las interrupciones en los servicios esenciales relacionados.
La Estrategia para mejorar la salud mental y la prevención del suicidio en la Región de las Américas tiene como objetivo guiar a los Estados Miembros de la OPS en sus esfuerzos, mediante un enfoque basado en la equidad y los derechos, y teniendo en cuenta el contexto, las necesidades y las prioridades nacionales.
"Incluso antes de la pandemia, ya enfrentábamos una carga significativa de enfermedades mentales, con una atención insuficiente para quienes las padecían. Con la llegada de la COVID-19 la situación empeoró. Esta estrategia busca que los países den prioridad a la salud mental integrándola en todas las políticas", dijo el doctor Anselm Hennis, Director del Departamento de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OPS.
De acuerdo con el documento, la pandemia ha empeorado las afecciones de salud mental preexistentes, como los trastornos depresivos y de ansiedad graves, que aumentaron en 35% y 32% respectivamente durante 2020 en América Latina y el Caribe. Los datos más recientes muestran que cada año casi 100.000 personas mueren por suicidio en las Américas, siendo la única región de la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde la tasa de suicidio está en aumento.
Las mujeres, la población joven, las poblaciones indígenas, las personas afrodescendientes y los miembros de otros grupos étnicos, así como las personas que viven en situación de pobreza y las que tienen algún trastorno de salud mental preexistente, se encuentran entre las más gravemente afectadas.
A pesar de los altos costos de los problemas de salud mental y de los suicidios en la región, su atención no siempre es priorizada y el financiamiento para su abordaje es insuficiente, con solo una pequeña fracción de los presupuestos nacionales de salud (alrededor del 3%) asignada a la salud mental.
La estrategia regional establece seis líneas de acción para abordar esta problemática:
- Fortalecer el liderazgo, la gobernanza y las alianzas multisectoriales, e integrar la salud mental en todas las políticas;
- Mejorar la disponibilidad, la accesibilidad y la calidad de los servicios comunitarios dirigidos a la salud mental, además de apoyar el avance de la desinstitucionalización;
- Impulsar las estrategias y las actividades de prevención de los problemas mentales y promoción de la salud mental a lo largo del curso de vida;
- Fortalecer la integración de la salud mental y el apoyo psicosocial en el contexto de las emergencias;
- Fortalecer los datos, la evidencia y la investigación;
- Hacer de la prevención del suicidio una prioridad nacional de todo el gobierno y crear capacidad multisectorial para responder a las personas afectadas por comportamientos suicidas.
En junio de 2023, la Comisión de Alto Nivel sobre Salud Mental y COVID-19 de la OPS publicó su informe final sobre cómo se puede avanzar en torno a la salud mental en la región, cuyas recomendaciones fundamentan esta estrategia.