Buenos Aires, agosto de 2018 (OPS/OMS).- María asegura que ahora le sonreirá a la gente. Sus vecinos de la comunidad indígena qom de la ciudad de La Plata la escuchan con atención. Y el equipo de salud oral de la provincia de Buenos Aires siente que la tarea está cumplida. Acaban de finalizar con uno de los tantos recorridos que realizan en el mayor distrito de Argentina para brindar talleres de higiene bucal, explicar las técnicas de cepillado, colocar flúor, quitar las infecciones de la boca y hasta colocar prótesis para multiplicar las sonrisas en la población.
En total, los miembros del Programa de Salud Bucal de la provincia de Buenos Aires trabajan en 35 municipios, donde atendieron a unos 7.400 niños de nivel inicial y primaria en lo que va de este año de la mano de la iniciativa “La salud va a la escuela”, una de las propuestas que lleva adelante este equipo de odontólogos con un enfoque de prevención, de acuerdo con la línea promovida por la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
“La propuesta es ir a las escuelas de nivel inicial, donde hacemos talleres con los maestros, los padres y los chicos para hablar de los hábitos de la higiene y trabajar el concepto de salud. Con los niños, también brindamos protección a través del barniz fluorado. La idea central es que sean actividades preventivas”, explicó Ángeles Rouillet, coordinadora del Programa, el cual se sumará a las acciones previstas durante la Semana del Bienestar en las Américas, que se celebrará del 8 al 14 de septiembre con diversas propuestas para promover la salud.
El equipo también concurre a las escuelas de nivel primario, donde además de dar los talleres, aplica la técnica restaurativa atraumática, que permite eliminar los focos infecciosos de la boca con instrumental de mano sin necesidad de ir a un consultorio. Los niños son atendidos en los propios bancos de escuela, con la posibilidad de superar los 200 chicos tratados durante una jornada, afirmaron desde el Programa.
Lazos con otros sectores
Además de las acciones en las escuelas, el programa cuenta con otra propuesta denominada “La salud en el deporte”, con la que recorren los clubes para realizar los talleres de educación y prevención, pero también para distribuir equipos de protección bucal para la práctica de deportes. Otra de las iniciativas, llamada “Incluyendo sonrisas”, prevé la colocación de prótesis sociales para poblaciones vulnerables.
“Trabajamos desde hace muchos años basándonos en líneas de la OPS/OMS. Nuestra visión de la salud es integral, más allá de que trabajamos la salud bucal, tomamos la integralidad del paciente”, subrayó Carolina Samusenko, miembro del equipo del Programa, que trabaja en interacción con los servicios de salud, el ámbito educativo, las carteras de Deportes y Desarrollo Social, y el Servicio Penitenciario, para llevar adelante las distintas actividades del área.
“Es maravilloso ver la cara de la gente cuando les colocan la prótesis. El impacto que tiene en la vida de la persona es muy alto. Así lo vimos en comunidades indígenas y migrantes donde hemos trabajado. En 2017 atendimos más de 400 personas en el marco de esta actividad, muchos de ellos adultos jóvenes”, señaló la coordinadora del Programa de la provincia de Buenos Aires, que agrupa al 30 por ciento de la población indígena y descendientes del país sudamericano, según datos oficiales. “Lo bueno, además, es que para llegar a colocar la prótesis deben tener la boca sana, por lo que también les brindamos los talleres y eliminamos cualquier foco de infección”, añadió.
En tanto, el Programa “Promoción, prevención y atención de población adulta”, otra de las acciones del área, trabaja con distintos sectores, entre ellos el Servicio Penitenciario, en el que atendieron internas embarazadas o con niños de 0 a 4 años para brindar los talleres de higiene y colocar la protección de flúor.
En todas estas actividades, la clave consiste primero en contactar a los equipos de salud oral de los municipios que abarcan para fortalecerlos y acordar una línea común de trabajo. “Sabemos cómo orientarlos para sostener los programas en el tiempo y que se repitan las visitas a las escuelas periódicamente”, reflexionó Samusenko.
“Se trata -resaltó Rouillet- de brindar herramientas para empoderar al otro y construir salud, tratando de lograr un punto de encuentro en el que comprendamos qué es lo que el otro entiende por salud”.