Panamá, 27 de abril de 2021 – (OPS) Como parte de la Serie de seminarios web de la OPS titulada "Abordar las enfermedades no transmisibles (ENTs), los factores de riesgo y la salud mental durante el período de COVID-19", se realizó la segunda sesión con el tema “Salud Mental y la pandemia de COVID-19”.
La pandemia por COVID-19 ha provocado no solo daños en la salud de las personas contagiadas y un elevado número de muertes en todo el mundo, sino que ha tenido y está teniendo importantes consecuencias en los ámbitos social y económico, tanto a nivel mundial como local.
Los problemas de salud mental suponen un desafío durante la pandemia, con un claro aumento en los niveles de ansiedad y estrés. Donde situaciones como problemas de salud física, el aislamiento, la falta de contacto social, la dificultad en la conciliación con la vida personal, los cambios de hábitos, los problemas laborales, etc. con el tiempo traen consecuencias negativas a la salud mental de la población.
En este sentido, la OPS/OMS ha creado una serie de discusiones estratégicas de alto nivel sobre cómo transformar el abordaje de las enfermedades no transmisibles (ENT), sus factores de riesgo y la salud mental, a partir de la pandemia, en términos de fortalecimiento de los sistemas y servicios de salud, responder a las emergencias, invertir para transformar la agenda de las ENT, de sus los factores de riesgo y de la salud mental, optimizando las alianzas, entre otras, con un pensamiento enfocado en los grandes temas.
En esta segunda sesión se presentó la situación de la salud mental en la Región durante la pandemia, así como sus implicaciones para el futuro, también se ofrecieron recomendaciones para lograr respuestas multisectoriales de salud mental a la COVID-19. Tuvimos el honor de contar con la participación de la Dra. Juana Herrera, jefa nacional de la sección de salud mental de la Dirección General de Salud del Ministerio de Salud de Panamá (MINSA), que como expositora habló de “La experiencia de Panamá y las acciones implementadas para abordar las necesidades de salud mental en tiempos de pandemia”.
La Dra. Herrera señaló que en Panamá desde el inicio de la pandemia se consideró la salud mental como uno de los pilares de la respuesta. Entre las acciones priorizadas se promulgó la creación de la Red Intersectorial de Salud Mental ante la COVID-19, como medio de coordinación interinstitucional, y con el fin de optimizar recursos, establecer alianzas y un sistema de derivación y referencia, así como, un análisis conjunto de necesidades, brechas y respuestas.
Las instituciones gubernamentales liderizadas por el Ministerio de Salud y dirigidas por el presidente de la República, la OPS/OMS, las misiones diplomáticas, los medios de comunicación, la sociedad civil, ONG’s, el Comité Ecuménico de Panamá, los líderes religiosos y las universidades, han sido aliados estratégicos para el desarrollo de las estrategias entorno a la salud mental.
La Dra. Herrera agregó que durante varios meses estuvo funcionando el consultorio virtual de salud mental para la atención psicológica y apoyo psicoemocional, siendo estas acciones de gran impacto en la salud de la población durante toda la pandemia.
La respuesta en salud mental también ha sido fortalecida con el nombramiento de profesionales de salud mental para ampliar la respuesta de atención a pacientes COVID-19 positivos en hospitales y hoteles hospitales, pero también en los servicios virtuales; que además se han visto apoyados por muchos voluntarios que brindan sus capacidades y tiempo en la atención a las necesidades de la población.
Recalcó que también se han establecido dos leyes importantes en el tema de salud mental en el país: la ley que crea el Sistema Nacional de Emergencias 911, donde se incluyen las crisis de salud mental y amenazas de suicidio para las atenciones de emergencias prehospitalarias; y la ley que establece el marco jurídico del abordaje integral de las conductas de riesgo suicida. Además indicó que con el apoyo de la OPS, se realizó una capacitación basada en el Programa de acción para superar las brechas en salud mental (mhGAP), en su versión humanitaria, como mecanismos para fortalecer capacidades dirigidas a identificar estrategias que contribuyan a disminuir la brecha en la atención de los trastornos de salud mental, neurológicos o por uso de sustancias en situaciones de emergencia, aumentando el acceso a intervenciones claves en afecciones prioritarias en entornos con recursos limitados, así como otras actividades de refuerzo de capacidades.
La Dra. Herrera concluyó indicando que es primordial la sostenibilidad de las acciones de prevención, promoción y atención de patologías en salud mental incluso después de la pandemia, y que invertir en salud mental es invertir en el desarrollo de los países.
Desde la OPS/OMS, junto con nuestros colaboradores, seguimos brindando orientación y asistencia a la Región de las Américas durante la pandemia COVID-19, para ayudar a apoyar el bienestar mental y general de todas las personas, especialmente de aquellas personas que podrían necesitar apoyo adicional durante estos difíciles momentos.