Disminuir la cantidad de sal en alimentos industrializados incidirá sobre uno de los principales factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular y contribuirá a prevenir infartos y ataques cerebrovasculares.
Buenos Aires, 27 de octubre de 2011.- Los ministerios de Salud y de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación suscribieron un convenio marco con la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) para disminuir la cantidad de sal en alimentos procesados con el fin de incidir sobre uno de los principales factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular, una dolencia que representa el 48 por ciento de las enfermedades crónicas no transmisibles.
La iniciativa sigue los lineamientos de reducción de la sal propuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del grupo asesor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el tema, del cual la Argentina forma parte.
"Con este convenio aspiramos a reducir unas 6 mil muertes provocadas por infartos y ataques cerebrovasculares y a evitar que 60 mil personas por año queden con discapacidades severas", indicó el ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, al presentar junto a su par de Agricultura, Julián Domínguez, el acuerdo multisectorial.
El funcionario explicó que "nos encontramos frente a una nueva epidemia, la de las enfermedades crónicas no transmisibles, y para enfrentar ese desafío no podíamos estar solos" y agregó que, por esa razón, convocamos "a nuestra industria a comprometerse con la salud de los argentinos".
Domínguez recordó que "el país produce alimentos para 450 millones de habitantes del planeta y nos hemos propuesto llegar a 650 millones para 2020", y sostuvo que "este es el certificado de calidad de nuestra producción en materia alimentaria".
Durante la firma del acuerdo estuvieron presentes además el representante de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) en Argentina, Pier Paolo Balladelli; el presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), Daniel Funes de Rioja, y miembros de una treintena de empresas productoras de alimentos, entre las que se destacan Arcor, Kraft Food, Molinos, Quickfood, La Virginia, Sancor, Unilever, Mastellone, Nestlé, Molinos Cañuelas, Danone, Red Bull, Coca Cola, Pepsico, Fargo, Bimbo y Bark, entre otras
"La evidencia científica muestra que la reducción de la sal en los alimentos procesados es una intervención focalizada de salud pública entre las más costo-efectivas, no solamente para los que sufren de hipertensión sino que todas las etapas de vida, desde la infancia se benefician de los alimentos bajos en sal", Balladelli.
El representante de la OPS/OMS felicitó a la Argentina "por esta iniciativa de protección de la salud" y enumeró otras medidas que el Ministerio de Salud de la Nación está profundizando para construir una Argentina saludable: "la eliminación de las grasas trans, la eliminación de las grasas saturadas, el aumento de espacios que posibiliten la realización de ejercicios físicos".
Actualmente, en Argentina se estima que el consumo diario de sal por persona asciende a 12 gramos, más del doble de los 5 gramos recomendados por la OMS. Llegar a ese número para 2020 es la meta que se propone el país con esta iniciativa.
El acuerdo establece que el sector industrial de alimentos reducirá de manera voluntaria y progresiva el contenido de sodio en los cuatro grupos de alimentos procesados prioritarios, integrados por los productos cárnicos y sus derivados -entre los que se encuentran chacinados cocidos y secos, y embutidos y no embutidos-; los farináceos como galletitas, panificados y snacks; los lácteos, incluyendo una gran variedad de tipos de quesos; y las sopas, aderezos y conservas.
Funes de Rioja consideró "la cuestión de los hábitos de vida saludable es algo que ha incorporado la industria de alimentos y bebidas en la Argentina, porque estamos convencidos que no hay alimentos o bebidas malas, sino que hay hábitos buenos y malos", por eso, dijo, "que haya metas concretas de reducción de sodio, que existan empresas que están firmando este acuerdo, y el compromiso a un monitoreo común, no sólo es un dato relevante para la población sino una práctica a imitar de articulación público-privada".
Desde 2010 la cartera sanitaria nacional lleva adelante la iniciativa Menos Sal, Más Vida, una estrategia que persigue disminuir el consumo de sal de la población para reducir la importante carga sanitaria que representan las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales. La misma trabaja dos ejes fundamentales, la concientización de la sociedad sobre la necesidad de disminuir la incorporación de sal en las comidas, y la firma de acuerdos con la industria alimentaria para lograr la reducción del contenido de sodio de los alimentos procesados.
En este sentido, conjuntamente con la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines (FAIPA) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Ministerio de Salud desarrolla acciones en las panaderías artesanales para que produzcan pan con menos sal y sin sal -en base a la medidas recomendadas-, experiencia que permitió la reducción de un 25 por ciento de sal en el pan elaborado en más de 6 mil panaderías del país.