Un curso internacional fortaleció las capacidades de laboratorios de la región para monitorear cambios genéticos en los virus
Panamá, 26 de agosto de 2022 (OPS)- Con el objetivo de fortalecer la vigilancia genómica en las Américas, representantes de 17 laboratorios de salud pública de la región participaron esta semana en la 26º edición del Curso de Evolución Viral y Epidemiología Molecular (VEME, por sus siglas en inglés) en Panamá. La capacitación fue organizada por el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGES) de Panamá, la Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ) de Brasil, y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Estudiar la evolución de los virus es clave para detectar mutaciones o variantes que puedan modificar la tasa de transmisión o la gravedad de un patógeno y afectar la utilidad de las pruebas diagnósticas, vacunas y tratamientos”, afirmó el asesor en enfermedades virales emergentes de la OPS, Jairo Méndez. “Esto es algo que hemos experimentado con el SARS-CoV-2, por lo que debemos profundizar la vigilancia genómica para cualquier virus emergente o reemergente”, agregó.
Más de 120 personas de todo el mundo participaron de la 26º edición del VEME, curso que se originó en la Universidad de Lovaina, en Bélgica, hace más de 25 años. Alrededor de 50 expertos en bioinformática de instituciones científicas reconocidas de 15 países dictaron la capacitación que tuvo lugar del 21 al 26 de agosto en la Ciudad del Saber en Panamá. La participación de la región fue financiada a través de la OPS con fondos del gobierno de los Estados Unidos.
El curso consistió en sesiones teóricas y prácticas divididas en cuatro módulos, que incluyeron desde la generación de datos a partir de la secuenciación genómica, hasta el análisis más complejo de esas secuencias. Además, por primera vez, el VEME contó con un módulo dirigido a gerentes, gestores en salud y tomadores de decisión.
El doctor Carlos Sáenz, secretario general del Ministerio de Salud de Nicaragua, consideró que la capacitación “ha sido sumamente importante” tanto para los técnicos que hacen secuenciación genómica como para los tomadores de decisión como él. “El curso ha brindado herramientas para vincular la situación epigenética, la secuenciación genómica y la información de la epidemiología molecular para la toma de decisiones político-estratégicas a nivel de cada país”, indicó y destacó la relevancia de “integrar el enfoque técnico con una participación transdisciplinaria para la resolución de problemas complejos”.
La secuenciación genética y el análisis de sus resultados permite conocer la evolución de un virus y sus variantes, así como su dispersión geográfica y temporal. El análisis oportuno de los datos sirve para identificar señales o cambios que puede impactar en el comportamiento del virus y en las herramientas y medidas de salud. Además, la información obtenida puede ser un mecanismo complementario para guiar la respuesta a una epidemia o pandemia.
“Este tipo de análisis bioinformáticos no es algo que se hace comúnmente en los laboratorios de salud pública de la región porque requiere entrenamiento y capacitación”, indicó Alexander Martinez caballero, director del Departamento de Investigación en Genómica y Proteómica del Instituto Gorgas de Panamá. “A partir de ahora, muchos laboratorios podrán hacer estos análisis en sus instalaciones, en forma oportuna y para diversos virus de interés como Monkeypox (viruela símica) y otros virus que puedan aparecer”, sostuvo.
Desde que comenzó la pandemia de COVID-19, la capacidad de secuenciación para vigilar al SARS-CoV-2 y sus variantes se amplió en la región con apoyo de la OPS y la Red Regional de Vigilancia Genómica de COVID-19 (COVIGEN) que conforman laboratorios de más de 20 países de las Américas.
La OPS ha brindado capacitaciones para fortalecer la secuenciación genómica e integrarla a la vigilancia epidemiológica de los países. Desde 2020, COVIGEN realizó más de 426.000 secuencias de SARS-CoV-2 en América Latina y el Caribe.
El curso VEME es una acción más para fortalecer esta vigilancia y se alinea con la Estrategia de vigilancia genómica regional para la preparación y respuesta a epidemias y pandemias que será discutida en septiembre por los líderes en salud de las Américas durante la 30.ª Conferencia Sanitaria Panamericana de la OPS en Washington.