La OPS participa a través del Fondo Rotatorio de la OPS en el mecanismo de acceso mundial a las vacunas contra la COVID-19 (COVAX Facility), una colaboración mundial para potenciar al máximo el desarrollo, el acceso equitativo y la asignación justa de vacunas contra la COVID-19.
Bogotá, D.C., 24 de julio de 2020 (OPS). En la actualidad hay más de 200 vacunas experimentales en desarrollo para prevenir la COVID-19, y de ese total, 24 están evaluándose en seres humanos y cinco han comenzado a evaluarse en ensayos de fase III. “Este avance es un hito histórico, en comparación con el desarrollo de otras vacunas contra enfermedades emergentes como el SARS, Influenza A H1N1 y Ébola”, afirmó la representante de la OPS/OMS en Colombia, Gina Tambini.
Estos resultados hacen parte de la iniciativa mundial denominada ‘Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19’ (ACT-A), en el que gracias a los esfuerzos de líderes de varios gobiernos, de diversas organizaciones de salud y de grupos de la sociedad civil, así como de distintas empresas y organizaciones filantrópicas, busca acelerar e innovar acceso mundial a métodos diagnósticos; generar evidencias y adopción de terapias para la profilaxis y el tratamiento y desarrollar, producir y distribuir la vacuna contra la COVID-19.
Bajo esta iniciativa mundial se creó el mecanismo COVAX, con el fin de garantizar acceso rápido, justo y equitativo a las vacunas contra la COVID-19 en todo el mundo. La OPS ha venido colaborando con GAVI (la Alianza Mundial para las Vacunas) y otros asociados mundiales desde el diseño del mecanismo COVAX. En el COVAX se reconocen a los países participantes del Fondo Rotatorio de la OPS como un solo bloque y al Fondo Rotatorio de la OPS como el mecanismo de compra de las posibles vacunas contra la COVID-19 para la Región de las Américas.
Para ello, la Directora de la OPS, Carissa Etienne, refiere que el Fondo Rotatorio de Vacunas de la OPS puede utilizarse como una herramienta estratégica para la adquisición y distribución de vacunas contra la COVID-19 cuando estén disponibles. Para las Américas, el Fondo Rotatorio de la OPS es reconocido como un canal de adquisición de vacunas viable, que con 40 años de experiencia en la compra y despliegue internacional de vacunas, y con la entrega de cooperación técnica que provee la organización, acompañará a los países en la planificación, logística, cadena de frío, sistema de información, vacunación segura (vigilancia ESAVIS, inyección segura), comunicación y en fortalecer los procesos regulatorios nacionales y la vigilancia posterior a la comercialización.
“Los Estados Miembros de la OPS se beneficiarán de nuestra experiencia técnica, así como de nuestras décadas de experiencia en la seguridad y distribución de vacunas de manera rápida y eficiente. También nos aseguraremos de que el proceso sea lo más inclusivo posible asignando las dosis equitativamente entre los países participantes”, afirmó Etienne.
Se espera proteger la salud de la población y minimizar el impacto social y económico mediante la reducción de la mortalidad por la COVID-19 y lograr la asignación equitativa de vacunas a los países según prioridades, estimando en primera instancia beneficiar el 20 % de la población, para proteger a los más vulnerable, entre ellos personal de salud involucrado en el trabajo de salud y asistencia social, personas mayores de 65 años, adultos con comorbilidades, u otros dependiendo de los factores de riesgo relevantes a nivel nacional.
Seguridad de las vacunas
La OMS/OPS y los organismos regulatorios toman muy en serio las consideraciones sobre la seguridad. Por eso, la OMS estableció un comité que utilizará criterios establecidos (incluida la seguridad) como el perfil de los productos específicos a fin de ayudar a dar prioridad a las inversiones mundiales en el desarrollo y la compra de vacunas.
A la fecha 24 vacunas potenciales se encuentran en estudios clínicos (cinco en fase tres; 11 en fase dos y ocho en fase uno) y 142 vacunas candidatas en fases preclínicas, para lo cual se hacen pruebas rigurosas, administrando la vacuna a decenas de miles de personas; esto normalmente es suficiente para abordar los temas relativos a la seguridad, sin embargo, debemos asegurar sólidos sistemas de vigilancia que detecten un eventual efecto colateral posterior a la administración, para que puedan analizarse con rapidez y sea posible evaluar los riesgos y lograr la seguridad óptimas de las vacunas.
Mayores Informes
Karen González Abril
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