Palabras de la doctora Carissa F. Etienne, Directora de la Organización Panamericana de la Salud, en la Cumbre mundial sobre COVID-19, convocada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Sesión II: Salvar vidas ahora, 22 de septiembre del 2021 – Washington, DC (Tal y como fueron preparadas para su entrega)
Presidente Biden, excelentísimos señores y señoras, estimados asociados, señoras y señores: Es un honor estar aquí en esta cumbre mundial sobre la COVID-19 y manifestar mi solidaridad con todos ustedes en nuestros esfuerzos por poner fin a esta pandemia.
La Región de Américas no es ajena a los brotes de enfermedades. De hecho, la Organización Panamericana de la Salud fue fundada hace 120 años, en parte para unir a los países en sus esfuerzos para abordar la fiebre amarilla, que en ese momento estaba asolando a nuestra Región.
Sin embargo, esta pandemia se diferencia por su escala y por su impacto. Además, ha puesto de relieve un desafío que por mucho tiempo ha estado presente en nuestra Región: la inequidad.
La Región de las Américas es una de las regiones más desiguales en el mundo, y la COVID-19 ha agudizado estas diferencias y las ha exacerbado.
Las personas que viven en la pobreza sin la infraestructura necesaria no pudieron seguir las medidas básicas de salud pública necesarias para evitar contraer la infección. Los muchos millones de personas que dependen de la economía informal no tenían la opción de quedarse en casa, y la atención de salud adecuada a menudo estaba fuera del alcance de las personas que no tienen residencia fija, en zonas remotas o en situación de vulnerabilidad, como muchas de nuestras comunidades indígenas, personas afrodescendientes y migrantes.
Esto es particularmente evidente en Haití, donde un sistema de salud que ya estaba debilitado debe realizar grandes esfuerzos para atender a los pacientes con COVID-19.
Para minimizar el impacto de esta pandemia, la OPS ha trabajado de la mano con gobiernos y asociados en toda nuestra Región para ampliar a mayor escala la realización de las pruebas, fortalecer las cadenas de suministro y ampliar el acceso al oxígeno.
El Fondo Estratégico de la OPS ha entregado casi 33 millones de pruebas de COVID-19 y más de 14 millones de dólares en equipos de protección personal (EPP) a los países y territorios de la Región de las Américas.
Gracias a estos esfuerzos, hemos aprendido el valor y la importancia de aprovechar nuestros recursos colectivos y de trabajar juntos para salvar vidas. Esto es válido no solo en el caso de los insumos esenciales sino especialmente en el caso de las vacunas.
Pero esto es solo el primer paso.
Para abordar realmente la inequidad en salud que mantiene viva la pandemia y obstaculiza nuestros esfuerzos por ponerle fin, debemos trabajar juntos para invertir en nuestros sistemas de salud, de modo que sean resilientes y brinden atención de calidad a todos.
Porque ninguno de nosotros estaremos en camino hacia la recuperación mientras nuestros vecinos sigan siendo vulnerables.
Las inversiones que hagamos hoy nos ayudarán a superar esta pandemia más rápido, a sentar las bases para prevenir futuras crisis y a cumplir nuestra promesa de salud para todos.
El camino hacia la recuperación estará allanado por las decisiones que todos tomemos en esta cumbre. Trabajemos juntos para que ese camino sea corto.