Buenos Aires, noviembre de 2019 (OPS/OMS).- Argentina cuenta con un marco institucional sólido para atender la salud de los trabajadores, aunque aún no cuenta con un instrumento legal que recoja todas las normas y unifique la política de prevención, de cara al futuro del trabajo, sostiene el Panorama Nacional de la Salud de los Trabajadores de Argentina, realizado por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), el Ministerio de Producción y Trabajo y la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
El documento, presentado durante un taller en la sede de la Organización Iberoamericana de la Seguridad Social (OISS) en Buenos Aires, brinda un perfil de la fuerza laboral en el país, indicadores de morbimortalidad en el ámbito laboral e información sobre las condiciones de empleo de la población.
Según el trabajo, en el 2016, el Sistema de Riesgos del Trabajo en Argentina incluyó a 9.634.007 trabajadores, año durante el cual se registraron un total de 389.256 accidentes de trabajo y enfermedades profesionales con días de baja, resultando una incidencia de 40 por mil trabajadores cubiertos. Para ese mismo año, los accidentes laborales ocasionaron 389 muertes. Las actividades laborales en las que se produjo una mayor letalidad fueron electricidad, gas y agua con 405 fallecimientos cada cien mil accidentes y enfermedades; y 191 fallecimientos en “agricultura, caza, silvicultura y pesca”.
El documento sirve de base para el desarrollo de un plan nacional de salud de los trabajadores
El Panorama también concluye que el marco legal legislativo y regulatorio nacional es amplio y nutrido con lo que se esperaría tener un cuerpo de inspectoría, vigilancia y control altamente eficiente, aunque puede variar entre municipios, provincias y regiones. El país también cuenta con muchas ventajas a favor de la salud de los trabajadores, aunque no todos los trabajadores reciben el beneficio de esas ventajas, generando diferentes grados de inequidades, señala.
El documento sirve de base para el desarrollo de un plan nacional de salud de los trabajadores. “Nuestra cooperación está alineada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, a las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo y también al Plan regional de Salud de los trabajadores de nuestra Organización para los años 2015 a 2025, que busca fortalecer la prevención y control de las enfermedades en el trabajo y la promoción de la salud de los trabajadores”, explicó la representante de la OPS/OMS en Argentina, Maureen Birmingham, durante la apertura del taller.
En este sentido, aseguró que abordar la salud de los trabajadores implica la articulación de varios sectores bajo un enfoque de “Salud en todas las políticas”. “La prevención de accidentes y enfermedades de los trabajadores ahorra dinero”, ya que es menos costoso prevenir que costear las consecuencias de accidentes o enfermedades, afirmó la asesora regional en Salud de los Trabajadores de la OPS, Julietta Rodríguez Guzmán.
La asesora advirtió que más de 300 millones de personas en América viven en la economía informal. “Hacemos mucho hincapié en las condiciones de empleo. Las experiencias de vida que tengamos impactan en nuestro desarrollo”, enfatizó Rodríguez Guzmán, quien además señaló que “mucha de la carga de las enfermedades no transmisibles -como afecciones cardiovasculares, cáncer, diabetes- puede estar vinculada a lo ocupacional”.
Por su parte, el jefe de Gabinete de Asesores de la SRT, Pedro Taddei, agradeció el trabajo desarrollado por los funcionarios de la Superintendencia para la elaboración del Panorama y destacó la importancia de visibilizar las enfermedades profesionales en las políticas públicas.
Los riesgos para la salud en el lugar de trabajo, incluidos el calor, el ruido, el polvo, los productos químicos peligrosos, las máquinas inseguras y el estrés psicosocial provocan enfermedades ocupacionales y pueden agravar otros problemas de salud. Las condiciones de empleo, la ocupación y la posición en la jerarquía del lugar de trabajo también afectan a la salud. Las personas que trabajan bajo presión o en condiciones de empleo precarias son propensas a fumar más, realizar menos actividad física y tener una dieta menos saludable.
Además de la atención sanitaria general, todos los trabajadores, y particularmente los de profesiones de alto riesgo, necesitan acceso a servicios de salud integrales que evalúen y reduzcan la exposición a riesgos ocupacionales y detectan de manera oportuna enfermedades y traumatismos ocupacionales y relacionados con el trabajo.