Washington, 2 de abril del 2020 (OPS) - La Organización Panamericana de la Salud (OPS) hizo una donación de equipos de protección personal (EPP) al Ministerio de Salud de la República de Nicaragua para proteger a trabajadores de la salud que podrían atender a pacientes con la enfermedad por el coronavirus del 2019 (COVID-19).
Estos equipos, entregados ayer por OPS/OMS a las autoridades del país, están destinados a proteger al personal de salud de infectarse y así asegurar que se mantengan saludables y puedan seguir brindando atención. Los equipos consisten en batas quirúrgicas, guantes, mascarillas quirúrgicas, mascarillas N95, gafas de protección y bolsas de seguridad, por una inversión de 80 mil dólares.
La Directora de la OPS, la doctora Carissa F. Etienne, destacó esta semana que los países de la Región de las Américas deben proteger a su personal de la salud como nunca antes. Esto incluye capacitación sobre cómo evitar las infecciones y acceso a suministros adecuados y equipos de protección personal. "Es nuestro deber protegerlos y cuidarlos, ya que estarán en la primera línea de esta batalla", manifestó.
La doctora Etienne también sostuvo que es vital que los países decidan qué medidas de distanciamiento deben ponerse en marcha, cómo y por cuánto tiempo para proteger a la población. Las medidas de distanciamiento pueden desacelerar la propagación del virus y ayudan a evitar que los hospitales se vean abrumados por un número demasiado grande de personas enfermas en un período muy corto. Sobre la base de la experiencia de países en otras regiones, la Directora de la OPS consideró que "parece razonable planificar estas medidas para que duren dos o tres meses al menos".
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que para revertir la pandemia es necesario que los países inviertan en un enfoque integral que combine medidas de distintos tipos, que incluyen el distanciamiento, así como tácticas agresivas de aislar, hacer pruebas y tratar a los pacientes, y localizar a los contactos.
Al 1 de abril de 2020, poco más de tres meses después de que se informara el primer caso de la COVID-19 en China, se reportaron 216.912 casos confirmados de la enfermedad en 51 países y territorios de la Américas y 4.565 personas perdieron la vida.