El personal de salud en Colombia enfrenta enormes desafíos al brindar atención en zonas de conflicto armado. En el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, celebremos su valentía y unámonos para garantizar su protección y respeto.
Bogotá, 19 de agosto de 2024. El 29 de octubre de 2023, María Daniela Ordóñez vivió una de esas jornadas -tristemente comunes- para el personal de salud que trabaja en zonas afectadas por la violencia en Colombia. Ese día, mientras se celebraban las elecciones para gobernadores, alcaldes y concejales, lo que para María Daniela comenzó como día normal de su servicio social como médica en Barranca de Upía, departamento del Meta, se transformó en un caos cuando un paciente herido en una riña callejera llegó al hospital.
En ese momento, el centro de salud se convirtió en un campo de batalla. Un grupo de veinte personas armadas irrumpió con la intención de asesinar al paciente. María Daniela, junto con un puñado de enfermeros, se refugió en el baño del hospital. Allí, en ese espacio confinado, el tiempo se extendió en una espera que parecía eterna, en la delgada línea entre el deber y el riesgo.
Ese mismo día María Daniela dejó Barranca de Upía, afectada física y emocionalmente; y se convirtió en una más de los profesionales de la salud que son víctimas de la violencia mientras luchan por salvar vidas en Colombia.
La experiencia de María Daniela no es un caso aislado. Los datos de la Mesa Nacional de Misión Médica revelan una realidad alarmante: en Colombia, el personal de salud se ha convertido en un blanco frecuente de la violencia. Los ataques en el año 2023 alcanzaron cifras sin precedentes, desde que se tiene registro. En ese periodo se registraron 511 ataques contra la asistencia a la salud. Los departamentos con mayor número de casos fueron Antioquia, Cundinamarca, Tolima, Cauca y Nariño.
“La ocurrencia de amenazas, homicidios, lesiones físicas, mentales e incluso el desplazamiento forzado del personal sanitario, así como los daños en infraestructura, vehículos, equipos e insumos, y el bloqueo de las actividades sanitarias, limitan la prestación de servicios de salud. Estas situaciones, además de ocasionar la pérdida de vidas humanas y lesiones físicas y psicológicas, deterioran la salud y el bienestar de las poblaciones afectadas por la falta de atención médica y la disponibilidad oportuna de equipos, medicamentos y traslado asistencial”, aseguró la doctora Gina Tambini Gómez, representante de la OPS/OMS en Colombia.
Debido a este contexto, en Colombia, hace más de 20 años se creó la Misión Médica como un mecanismo para la protección del personal de salud ante los ataques, mediante un emblema protector, unos derechos, deberes y rutas de atención. La Misión Médica es un pilar fundamental para la atención de personas en situaciones de conflicto armado, desastres naturales y otras emergencias humanitarias, donde la salud y la vida están en riesgo.
La Misión Médica cuenta con el liderazgo de la Oficina de Gestión Territorial, Emergencias y Desastres del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia y en ella participan el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la Cruz Roja Colombiana y la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
La resilencia de los trabajadores de la salud
Detrás de cada cifra hay historias de miedo, incertidumbre y de la lucha por salvar vidas en un contexto adverso. Beatriz Borges Salinas, gerente del centro público de salud (Empresa Social del Estado) Chayit Seyú, ubicado al norte del departamento del Cauca, recuerda cómo ha tenido que enfrentar eventos entre grupos armados y las fuerzas militares en uno de los municipios.
“Uno de los momentos que más me ha marcado ocurrió hace varios años, cuando personas heridas de la Fuerza Pública y también de los grupos armados llegaron a mi hospital. Incluso ahí, en la infraestructura hospitalaria, se presentó un enfrentamiento, un cruce de disparos, y nosotros, como personal sanitario, intentábamos atender a los pacientes enfermos y heridos, desde nuestra neutralidad e imparcialidad, observando y sintiendo cómo los proyectiles pasaban por encima de nosotros mientras intentábamos salvar vidas. Ha sido, sin duda, una de las experiencias que más me ha marcado”.
En Colombia algunos profesionales de la salud, tras ser afectados directamente por el conflicto armado, continúan ejerciendo su profesión con vocación de servicio y pasión, motivados por el deseo de ayudar a las comunidades. “En el Cauca, el sentido de pertenencia y el compromiso, a pesar de las adversidades, es muy fuerte”, añade Borges. “Incluso, los pacientes se han convertido en agentes comunitarios en salud, formando una red de apoyo que ha permitido que subsistamos en el tiempo, teniendo en cuenta el contexto tan difícil al que nos enfrentamos cada día”.
Es así como, a pesar de este contexto desafiante, la esperanza se mantiene entre los trabajadores de salud. "Me gusta pensar que en el futuro el personal de salud podrá ejercer su labor sin miedo, atender a los pacientes sin miedo, ayudar a la población sin miedo y regresar a casa sin miedo”, expresa el médico Pier Paolo Aaron, quien presenció el secuestro de una de sus compañeras por parte de un grupo armado para que asistiera a uno de sus miembros. Hoy, el Dr. Aarón sigue sirviendo en un hospital en Funza, Cundinamarca.
Cuidar a la Misión Médica es esencial ya que presta servicios para salvaguardar la vida y el bienestar de las comunidades en momentos de crisis. Son estos trabajadores de la salud quienes, día a día, ayudan, cuidan y atienden a quienes más lo necesitan y cuyas vidas están en riesgo.
Ahora es nuestro turno: protejamos a estos héroes de la salud, impulsemos el respeto por su labor, y en este Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, comprometámonos a defender su derecho a trabajar en un entorno seguro. La vida de muchas personas depende de que el personal de salud pueda hacer su trabajo sin miedo. ¡Actuemos ahora!
Acerca de Misión Médica
La Mesa Técnica Nacional de Misión Médica promueve el respeto y protección de la Misión Médica a través de la articulación de acciones institucionales e intersectoriales, desarrollando mecanismos de prevención y mitigación del riesgo de la violencia contra el personal de salud. En los territorios, se ha promovido la creación de mesas departamentales y/o distritales de Misión Médica, que en algunos casos ya están en funcionamiento. Estas mesas están constituidas por las mismas instituciones y entidades, con la participación de sus representantes locales.