Ciudad de Panamá, 17 de mayo 2016 (comunicado conjunto ONU*): El Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia (IDAHOT por sus siglas en inglés), el cual se conmemora cada año el 17 de mayo, tiene como objetivo llamar la atención sobre la violencia y la discriminación que sufren las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) en todo el mundo. Nunca antes los problemas de las comunidades LGBTI en América Latina y el Caribe han sido tan visibles. En muchos países de la región la población LGBTI está hablando cada vez más acerca de los retos que enfrentan en torno a temas como la seguridad, la salud, la justicia, la inclusión y el ejercicio de los derechos humanos. Mientras celebramos el progreso en la región, hacemos un llamado sobre la falta de respuesta en algunos países a las barreras que enfrentan las personas LGBTI.
Con demasiada frecuencia las personas LGBTI son excluidas de los sistemas de protección legal, rechazados por las familias y las comunidades y carecen de igualdad de trato en las escuelas, locales de trabajo, establecimientos de salud y en las calles. Las múltiples formas de discriminación aumentan su exclusión social, lo que afecta su salud mental y su vulnerabilidad a la violencia sexual, a la violencia basada en género, al VIH y a otras infecciones de transmisión sexual, creando barreras para el acceso a la salud universal.
Un informe global de 2016 de Trans Murder Monitoring Project indica que, de los 65 países que reportaron, entre el primero de enero de 2008 y el 30 de abril de 2016, el 78% de las muertes violentas de personas trans ocurrieron en América Latina.1 En América Latina, algunos estudios han comenzado a evidenciar la violencia homofóbica y transfóbica en el sector educativo; la prevalencia del bullying general puede estar entre el 40% y el 70%. La violencia en el entorno escolar aumenta el riesgo de depresión, abuso de sustancias y suicidio.2 En América Latina, entre el 44 al 70 % de las mujeres trans3 ha sentido la necesidad de salir de su casa o fueron obligadas a irse de sus hogares. Las mujeres lesbianas son vulnerables a la violencia física y emocional en sus comunidades. Las personas intersexuales son sometidas a cirugías de reasignación de sexo sin su consentimiento y la mayoría de estos procedimientos causan daños irreversibles.
Debido a la mayor vulnerabilidad a la violencia y otras formas de persecución, las personas LGBTI están en mayor riesgo de desplazamiento forzado. Cuando huyen de sus países de origen en busca de refugio, a menudo no se le reconoce la necesidad de protección internacional, y sufren crímenes violentos, tales como las muertes violentas, amenazas de muerte, detenciones ilegales y violencia sexual y de género.
Una encuesta de 2014 de ONUSIDA en hombres que tienen sexo con hombres en el Caribe reveló que aproximadamente tres de cada cinco encuestados habían sido abusado verbalmente o intimidado. Casi uno de cada cinco había sufrido abusos físicos. El cuatro por ciento dijo que había sido golpeado durante el último mes.4
Las estadísticas sobre el VIH también cuentan una historia de profunda vulnerabilidad. Dependiendo del país, los hombres caribeños que tienen sexo con hombres tienen entre seis y veinte veces más probabilidades de vivir con el VIH que las personas de la población general. La prevalencia del VIH entre las mujeres transgénero en América Latina oscila entre el 10 y el 32%.5 El estigma y la discriminación hacen que sea difícil para muchas personas acceder a los servicios de salud de calidad, con perspectiva de género. En América Latina, por ejemplo, sólo la mitad de los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres tiene acceso a los servicios de VIH.6
Los derechos de las personas LGBT y la Agenda 2030
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ofrecen a la comunidad de las naciones una hoja de ruta para eliminar la pobreza, el hambre y la desigualdad; mejorar el acceso a la salud y la educación; y lograr la paz y la justicia para todos. Es imposible construir una sociedad equitativa si algunos segmentos de nuestras poblaciones se ven privados de sus derechos humanos, la dignidad y las oportunidades que deben ser universalmente reconocidas para todos y todas, y que tanto el Estado como los actores no gubernamentales deben respetar. Además, en 2013 los Estados Miembros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) adoptaron una resolución sobre "Abordar las causas de las disparidades en cuanto al acceso y la utilización de los servicios de salud por parte de las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales y trans", que recomienda diferentes acciones a los Estados Miembros, con el fin de reducir el estigma y la discriminación en los servicios de salud y garantizar la salud universal para las personas LGBT.
En este marco, el próximo mes de junio, los Estados miembros de las Naciones Unidas se reunirán en Nueva York en la Reunión de Alto Nivel sobre el Sida para aprobar una Declaración Política, a través de la cual se comprometerán a poner fin a la epidemia del sida para el año 2030. Esta es una oportunidad crítica para asegurar que los esfuerzos para acabar con el sida no dejen a nadie atrás.
Una Agenda para la Acción
¿Qué se puede hacer en esta región para hacer frente a la discriminación institucional y social?
Es importante eliminar las leyes y políticas que discriminen por motivos de orientación sexual, identidad de género o expresión de género y aprobar leyes y políticas que garanticen la igualdad de acceso a la educación, el empleo, la salud, la vivienda, la protección social y la justicia.
Es fundamental mantener el estado de derecho mediante la investigación, el enjuiciamiento de los culpables y la compensación a las víctimas de violencia sexual, de género y discriminación, así como proporcionar protección a las personas que han sido desplazadas por la fuerza debido a la persecución por motivos relacionados con la orientación sexual e identidad de género.
Los sectores educativos deben fortalecer su respuesta a la violencia escolar basada en la orientación sexual, identidad y expresión de género, documentando el problema, adoptando políticas apropiadas que aborden la discriminación de todo tipo, capacitando a los docentes, reformando la currícula escolar y ofreciendo servicios a los estudiantes afectados.
El sector de salud debe mejorar el acceso equitativo a todos los servicios de salud para las personas LGBTI.
El desarrollo de todas las políticas públicas debe incluir la participación activa y significativa de las personas LGBTI. La sociedad civil, las organizaciones basadas en la fe, los medios de comunicación y las redes y personas LGBTI tienen un papel que desempeñar para asegurar que todas las personas sean tratadas con dignidad y respeto.
Todas las agencias, fondos y programas de las Naciones Unidas (ONU) en América Latina y el Caribe se han comprometido con el fin de alcanzar los ODS para la paz, la justicia, los derechos humanos, la igualdad de género y el desarrollo, sin dejar a nadie atrás. El Sistema de las Naciones Unidas está unido bajo la campaña mundial "Libres e iguales" en apoyo a la igualdad de las personas LGBTI.
*OCHA, PAHO/WHO, UNAIDS, UNFPA, UNDP, UNESCO, UNICEF, UN WOMEN, UNHCR, UN