16 Jun 2023 — ‘Alimentos más seguros, mejor salud’ fue el lema escogido por Naciones Unidas para conmemorar el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, el 7 de junio de 2022, y para 2023, en la quinta edición de esta celebración, el eje de las diversas actividades fue el lema ‘Las normas alimentarias salvan vidas’.
Se trata de un aspecto fundamental para la salud y el bienestar de todas las personas y, por ello, diversos países, como Colombia, se unieron a esta jornada con eventos científicos y académicos, para intercambiar experiencias a lo largo de la cadena de suministro, desde el campo a la mesa.
En este 2023, también se celebraron los 60 años de conformación de la Comisión del Codex Alimentarius y se destacó la importancia de las normas internacionales de inocuidad y calidad de los alimentos, que han sido adoptadas por muchos países como eje de sus propias normativas, no sólo para garantizar alimentos seguros para todos, sino en la lucha contra las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA) y en la contención de la resistencia antimicrobiana (RAM), desde los sectores de alimentos, pecuario y agrícola.
Dado el liderazgo y coordinación desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en este tema, invitamos a Ana Carrizosa Umaña, especialista senior de FAO a compartir sus percepciones para el sitio web ‘Colombia trabaja unida para combatir la resistencia a los antimicrobianos’ de OPS Colombia.
FAO participa en el proyecto cuatripartito ‘Trabajando juntos para combatir la resistencia a los antimicrobianos’, que avanza en su tercer año de ejecución, con el apoyo de la Unión Europea, y la coordinación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) / Organización Panamericana de la Salud (OPS), la FAO, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Inocuidad Ana Carrizosa
¿Qué es la inocuidad alimentaria y por qué es tan importante para la salud humana y animal?
Cuando hablamos de inocuidad alimentaria, estamos describiendo todas aquellas prácticas que se utilizan para mantener nuestros alimentos seguros. Eso hace referencia desde la producción agrícola, los animales en granja (pecuario) y todo el proceso de transformación hasta llegar a la mesa, pasando por la manipulación, la preparación y el almacenamiento de alimentos, para, precisamente, reducir el riesgo de contaminación y evitar que las personas y los animales contraigan enfermedades transmitidas por alimentos (ETA).
Es importante señalar que para lograr esto necesitamos esfuerzos conjuntos de todos los sectores involucrados, es decir, tenemos que pensarlo desde los agricultores, los productores, los proveedores de alimentos y los consumidores y, por supuesto, que se cumplan las leyes y los controles para reducir riesgos.
La ‘salud pública’ y la ‘sanidad animal’ están estrechamente ligados, no solo con el control y la prevención de los riesgos para la salud de los animales antes de su sacrificio, sino también con el control del procesamiento posterior de los productos resultantes.
¿Cuál ha sido el rol de la FAO en garantizar la seguridad alimentaria y el acceso equitativo a los alimentos?
Bueno, la FAO es la organización internacional que supervisa todos los aspectos de la cadena alimentaria, lo que le permite ofrecer una visión única, digamos de 360 grados en la inocuidad de los alimentos.
Cuando nosotros, desde FAO, hablamos de la seguridad alimentaria y nutricional, nos referimos al acceso permanente de todas las personas a los alimentos que necesitan para una vida activa y saludable. Entonces, cuando tenemos ese acceso en cantidad y calidad adecuados para satisfacer las necesidades alimentarias de todos los miembros, estamos hablando de seguridad alimentaria.
Por eso, apoyamos a los gobiernos a través de la implementación de sus políticas, programas y proyectos, con estrategias dirigidas a mantener el acceso a los alimentos inocuos y nutritivos, con especial atención a las poblaciones vulnerables; estamos muy focalizados en los niños, en las mujeres, en las poblaciones indígenas, a nivel de cada uno de los países que atendemos; también trabajamos en los temas de reducción en la pérdida y desperdicios de alimentos, y en apoyar programas que aseguren la producción nacional.
En esta perspectiva, quisiera comentar que este reto se fortalece aún más con la asociación que tenemos con la OMS, con miras a respaldar la inocuidad alimentaria a escala mundial y proteger la salud de los consumidores. En general, la OMS supervisa el sector de la salud pública y mantiene relaciones sólidas con este, mientras que nosotros como FAO, abordamos los aspectos relacionados con la inocuidad alimentaria a lo largo de toda la cadena de producción de alimentos.
Me parece clave mencionar que, dentro de los compromisos que tiene FAO, acogemos la secretaría del Codex Alimentarius y la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria; por eso trabajamos en todos los aspectos reglamentarios internacionales frente al Codex.
¿Cuál es la interrelación entre seguridad alimentaria y la lucha contra la resistencia antimicrobiana?
Teniendo en cuenta que los medicamentos antimicrobianos se utilizan en los sectores ganadero, porcícola, avícola y acuícola para prevenir o tratar enfermedades y que, en ocasiones, no se hace un uso racional de los mismos, impulsando la problemática de la resistencia antimicrobiana, desde la FAO brindamos apoyo y respaldo técnico desde los productores hasta la implementación de las políticas en los países, para fortalecer y apoyar sus planes de acción nacionales contra la RAM.
Hemos estado trabajando para desarrollar varias herramientas que les permitan recopilar y analizar sus datos de resistencia a los antimicrobianos; una de estas, que incluso se ha mencionado en el proyecto cuatripartito cuando dictamos la capacitación, se llama ATLASS (siglas en inglés de Herramienta de Evaluación de Laboratorio para la RAM), y la hemos utilizado en casi 30 países.
FAO tiene un plan de acción definido para apoyar la lucha contra la RAM; fomentamos la capacidad de vigilancia y seguimiento a la resistencia a los antimicrobianos y el uso de estos, muy focalizado especialmente en los temas de alimentación y agricultura, que es nuestra misionalidad, con un trabajo de promoción permanente de las buenas prácticas en sistemas agrícolas y alimentarios.
Es importante mencionar que es una labor muy alineada con otros organismos, como la OMS y la OMSA y, ahora, dentro de la iniciativa de ‘Trabajando juntos para combatir la resistencia a los antimicrobianos’, en el marco de ‘Una salud’, con el respaldo de la Unión Europea, donde participan todas las autoridades de salud pública y veterinaria; sectores de la alimentación y agricultura, los planificadores, especialistas en medio ambiente e inclusive los consumidores, trabajamos todo el tiempo de la mano.
Destaquemos los beneficios de contar con programas de seguridad alimentaria y estrategias sólidas a lo largo de la cadena alimentaria.
Hablamos de una solución que es triplemente ganadora: por un lado, estamos asegurando la calidad de los alimentos, lo que previene enfermedades graves transmitidas por los alimentos, al conocer y usar todos estos procedimientos seguros en manipulación, como el principal beneficio de la inocuidad alimentaria.
También, fomentamos el consumo de alimentos frescos y saludables, y ayudamos a mejorar estos estándares de la industria alimentaria, abriendo nuevos mercados y la posibilidad de mayores ingresos para los agricultores familiares, promoviendo el desarrollo rural local, y apoyamos la lucha contra la RAM.
¿Cuál es el desafío frente a este tema, según la problemática actual?
Básicamente, la comprensión mínima del problema y de la importancia que reviste para todos los actores implicados en la cadena alimentaria es un prerrequisito de cualquier cambio y compromiso de acción.
Realmente, la situación actual es compleja. Ya existía una situación crítica de seguridad alimentaria previo a la pandemia por la COVID-19, especialmente en algunos países, por supuesto; lo que hemos visto es que toda esta situación de la pandemia e incluso la situación de la guerra con Ucrania, ha incrementado la inseguridad alimentaria.
Y todo esto tiene consecuencias, porque cuando hablamos de los impactos de los alimentos sin control sanitario, primero que todo tenemos que pensar en la cantidad de miles de enfermedades y de muertes que esto genera, y a su vez esto se traduce en pérdidas económicas, desde una disminución de la producción ganadera; hay obviamente mucha más pobreza, más hambre, más desnutrición, y esto suele tener mayor impacto en los países de ingresos bajos y medios.