Buenos Aires, enero de 2009 (OPS).- El Día Mundial de la Salud, que se celebrará el próximo 7 de abril, girará en torno este año a “los establecimientos de atención de salud ante las emergencias”. Bajo el lema “Cuando sobrevienen los desastres, los hospitales seguros salvan vidas”, se desarrollarán numerosas actividades para conmemorar esta jornada, según indicó la Organización Panamericana de la Salud (OPS), oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En la actualidad, más del 60 por ciento de los centros de América se encuentran en zonas que corren riesgos de desastres, pese a los avances registrados en los últimos 15 años en cuanto al mejoramiento de la seguridad de los establecimientos en casos de emergencias.
“Cuando los establecimientos de atención de salud, los hospitales o los servicios de salud resisten los efectos de los desastres y siguen funcionando a máxima capacidad, las víctimas pueden recibir atención sanitaria inmediata y adecuada, lo que permite salvar vidas y recuperar los niveles sanitarios previos al desastre”, resaltó la directora de la OPS, Mirta Roses.
Sin embargo, la directora de la Organización advirtió que “cuando estos establecimientos sucumben a los desastres, ya sea por razones físicas o funcionales, lamentablemente el resultado entonces es acorde: no pueden proporcionar servicios sanitarios en el momento en el que más se los necesita”. Además, Roses consideró que “el personal sanitario debe recibir capacitación y apoyo constantes para responder a las exigencias particulares que se les imponen en situaciones de emergencia”.
Con la elección de este tema, la OPS/OMS busca promover entre los países de la región la necesidad de crear hospitales seguros, lo cual recae en muchos sectores, además del área de salud, como planificación, finanzas, obras públicas y aprovechamiento de la tierra, entre otros.
Roses explicó que incluso los países que cuentan con recursos limitados pueden utilizar herramientas de bajo costo, como el nuevo índice de seguridad de los hospitales para formarse una idea de la capacidad que tiene un establecimiento de salud de seguir funcionando en las situaciones de desastre. “Lo que todavía se necesita es la voluntad política para hacer que las medidas de reducción del riesgo de desastres sean una parte integral de las políticas nacionales de salud y desarrollo”, concluyó.