13 de abril de 2012.- La Argentina presentó ante el Grupo Técnico Asesor en Vacunas (SAGE, según sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la estrategia de vacunación contra la hepatitis A aplicada por el país a partir de 2005, que redujo sensiblemente la circulación del virus y permitió que no se realizaran trasplantes hepáticos por esta causa desde hace cinco años.
La experiencia argentina permitirá que otros países puedan adoptar la estrategia, que se demostró efectiva y de menor costo, ya que aplica un esquema de una sola dosis a los 12 meses de vida.
El ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, presentó la estrategia ante los miembros del SAGE en el marco de la reunión anual del órgano de la OMS, realizada en Ginebra, Suiza, y en la que se analizó la situación epidemiológica de las enfermedades inmunoprevenibles de las distintas regiones del mundo y se definieron los cursos de acción para su control.
"Es altamente gratificante que quienes más saben de vacunas en todo el mundo, reunidos en el Grupo Técnico Asesor de la OMS, reconozcan la tarea realizada por Argentina, que en un momento crítico implementó una estrategia innovadora, con la que bajó exponencialmente la circulación del virus y evitó tener que recurrir a trasplantes por falla hepática fulminante en los chicos", expresó Manzur tras participar de la reunión.
El embajador de la Misión Permanente de la República Argentina ante los Organismos Internacionales en Ginebra, Alberto D´alotto, consideró que "este reconocimiento abre paso a que otros países adopten la experiencia de Argentina para hacer frente a una enfermedad evitable y que, además de la pérdida de vidas, genera altísimos costos a los sistemas de salud".
Manzur recordó que "en medio de un brote de hepatitis A, que afectó a más de 60 mil personas en 2004, y cuando aún estábamos saliendo de una fenomenal crisis económica y social, nuestro país implementó la estrategia de una dosis única aplicada al año de edad, con la que se alcanzaron excelentes resultados, ya que posibilitó que pasáramos a sólo 500 casos anuales y que desde 2007 no haya más muertes ni trasplantes hepáticos por esta causa".
Para la prevención de la hepatitis A, la OMS recomienda el esquema de dos dosis de vacuna, aplicadas a los 0 y 6 meses de edad. Sólo 11 países en todo el mundo —entre ellos, la Argentina- tienen la inmunización incorporada a sus calendarios oficiales de vacunación, lo que representa apenas el 6 por ciento de las naciones.
Sin embargo, la situación de brote epidémico de la enfermedad que tuvo lugar en Argentina durante 2004 obligó a las autoridades sanitarias de entonces a desarrollar un esquema alternativo que, teniendo en cuenta la realidad económica del país, desarrollara una estrategia para disminuir la circulación viral y lograr que cada vez menos casos derivasen en trasplantes hepáticos. Al adoptar la estrategia de la monodosis, el país también se comprometió a presentar evidencia científica sobre su efectividad obtenida a través de estudios específicos.
"Hay que tener en cuenta la situación económico-financiera del país, que estaba saliendo de una crisis. En ese momento, la dosis de vacuna contra la hepatitis A tenía un costo de 17 dólares y la compra de 2 dosis implicaba el presupuesto de todo el programa, algo que no era posible para nosotros. Argentina decidió aplicar la monodosis bajo la hipótesis técnica de la alta eficacia de la vacuna luego de una dosis para el control del brote, y fue una decisión innovadora, ya que no había experiencia en este aspecto", detalló la jefa del Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud, Carla Vizzotti, quien efectuó la presentación ante el Grupo Técnico Asesor de la OMS junto al ministro Manzur.
La evidencia científica
De acuerdo con la evidencia científica dada a conocer por la delegación argentina en Suiza, de los más de 60 mil casos de hepatitis A registrados en el país en 2004, a partir de que en 2005 fue incorporada la vacuna al calendario oficial de inmunizaciones, se pasó a menos de 500 casos durante el año pasado y desde 2007 no se realizan trasplantes hepáticos por esta causa.
Además, se elaboraron dos protocolos de investigación. En uno de los estudios fueron analizados 500 niños de 12 meses antes de recibir la dosis de vacuna. Se les extrajo sangre, lo que evidenció que un 70 por ciento no poseía anticuerpos, por lo que era susceptible de contraer hepatitis A. Estos resultados confirman que la decisión de vacunar a los 12 meses fue correcta.
Para el otro estudio fueron enrolados casi 1.200 niños cuatro años después de haberse vacunado a los 12 meses de vida con la monodosis y el resultado fue que el 93 por ciento tenía anticuerpos contra la enfermedad.
A partir de la aplicación de la monodosis en Argentina la circulación viral es muy baja, lo que beneficia no sólo a los que se vacunan, sino a personas de todas las edades", especificó Vizzotti, quien destacó "la participación de sociedades científicas y expertos tanto en la decisión de aplicar la monodosis de vacuna como en los estudios tendientes a reunir evidencia científica".