En ese contexto, del 11 al 13 de septiembre se lleva a cabo en Ciudad de México el taller hacia la eliminación del uso de combustibles sólidos y el queroseno en los hogares urbanos de las Américas. La OPS se ha fijado el objetivo de ayudar a los Estados Miembros a reducir el porcentaje de población que depende de combustibles sólidos para cocinar.
Para medir el progreso, un indicador es el número de países que están implementando programas a gran escala para reducir el uso de combustibles sólidos en el hogar y el progreso en el uso de energía y tecnología limpia.
Muchos países han cumplido o están cerca de cumplir la meta de reducir en un 5 por ciento el de uso de combustibles sólidos, pero algunos no han hecho ningún progreso. Las directrices 2014 de calidad del aire de interiores de la OMS, fueron presentadas en 2015 para las Américas en Tegucigalpa, Honduras, con el objetivo de incluir en la agenda del sector salud la importancia de reducir el uso de combustibles sólidos para cocinar.
La falta o el acceso deficiente a la energía limpia se concentra en poblaciones marginadas. Esto indica la necesidad de diseñar intervenciones de política que puedan reducir la exposición a contaminantes en el hogar, teniendo en cuenta sus efectos sobre la salud y su contribución a las desigualdades.
Acelerar la transición a la energía limpia para todos es una intervención de salud pública urgente y necesaria en la región de las Américas, y el sector salud debe estar involucrado en la búsqueda de soluciones que produzcan el mejor resultado.
Al taller en México que busca examinar la evidencia de base para la propuesta, las condiciones políticas para su implementación y los costos y posibilidades técnicas y tecnológicas para su sustentabilidad asisten 50 especialistas provenientes de la Secretaría de Salud, Energía y Medio Ambiente, el Instituto Nacional de Salud Pública, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, la Comisión Federal para la protección contra riesgos sanitarios, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Comisión Económica para America Latina y el Caribe y especialistas de OPS/OMS movilizados desde Honduras, Paraguay, Cuba, Guyana, Nicaragua, Perú y Ginebra.
