El aumento de impuestos a las bebidas alcohólicas reduce el consumo, según nuevo estudio

La evidencia internacional sugiere que la suba de precios derivada de estos gravámenes es una de las mejores políticas para retrasar el inicio, disminuir la intensidad o incentivar la cesación. Argentina tiene el segundo consumo anual de alcohol puro por bebedor más alto de América del Sur.

Buenos Aires, 12 de agosto de 2016 (OPS/OMS).- El aumento de impuestos a las bebidas alcohólicas en Argentina puede reducir el consumo problemático, en especial de los jóvenes, lo cual a su vez retrasa la edad de inicio de la ingesta, de acuerdo con un nuevo estudio realizado con el apoyo técnico de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y financiado por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá (IDRC). 

La evidencia internacional sugiere que los impuestos al alcohol, que deriva en un aumento de precios, son una buena política para retrasar el inicio, disminuir la intensidad o incentivar la cesación en el consumo nocivo de alcohol. En el país, los datos también apuntan en ese sentido, dado que las personas son sensibles a cambios en los precios, según establece la investigación “El efecto de los precios e impuestos sobre el consumo de alcohol en Argentina”, realizada por el economista Guillermo Paraje.

Argentina tiene el segundo consumo anual de alcohol puro por bebedor más alto de América del Sur, con 16 litros (superado por Perú con 18.4), según un artículo recientemente publicado por la asesora principal en Alcohol y Abuso de Sustancias de la OPS/OMS, Maristela Monteiro. De acuerdo con cifras oficiales, la edad de inicio de consumo de alcohol en Argentina es a los 13 años.

En Argentina existe amplio margen para aumentar impuestos al alcohol. Los vinos y espumantes no tienen impuestos y las cervezas están gravadas con un 8 por ciento sobre el precio neto facturado por el productor. “No es la única medida que puede tomarse, pero es indispensable considerarla. Deben ser analizados y evaluados como una herramienta sanitaria y no, necesariamente, como una fiscal”, explicó Paraje al presentar los resultados.

El estudio fue presentado durante una reunión en la Representación de OPS/OMS Argentina, convocada por la representante de OPS/OMS en Argentina, Maureen Birmingham; y el consultor en Enfermedades no Transmisibles de la Organización, Sebastián Laspiur; y de la que participaron la subsecretaria de Prevención y Control de Riesgos de la Nación, Marina Kosacoff; delegados de la Comisión de Salud del Senado; el secretario de Estado de Sedronar Roberto Moro; y el subsecretario de Prevención, Capacitación y Asistencia de Sedronar, Roberto Canay.

También asistieron asesores legislativos nacionales y del Ministerio de Economía provincial, funcionarios de la Dirección de Salud Mental, representantes del Observatorio de Seguridad Vial, del Instituto de Efectividad Clínica, de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) y del CEDES, entre otros. 

Globalmente, se calcula que el uso nocivo del alcohol causa cada año 2,5 millones de muertes y una proporción considerable de ellas corresponde a personas jóvenes. Las consecuencias del consumo problemático de alcohol en los adolescentes están asociadas a daño cerebral y déficits neuro-cognitivos, lo que tiene efectos sobre el aprendizaje y desarrollo intelectual.

En América, el alcohol representa el primer factor de riesgo y es responsable por el 5,6% de todos los decesos. Además, unos 320.000 jóvenes de entre 15 y 29 años de edad mueren en la región por causas relacionadas con el consumo de alcohol.

El consumo nocivo de alcohol aumenta también la carga de morbilidad relacionada con múltiples enfermedades, tales como la tuberculosis, la infección por VIH/SIDA y el cáncer, y está relacionado con muchos problemas graves de índole social y del desarrollo, en particular, la violencia, el descuido y maltrato de menores y el ausentismo laboral.


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