Buenos Aires, 12 de mayo de 2014 (OPS/OMS).- Expertos internacionales y de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) iniciaron esta semana una misión internacional en San Luis para certificar la interrupción en esa provincia de la transmisión vectorial del Chagas, una de las llamadas enfermedades desatendidas que en América Latina causa cada año unos 28.000 nuevos casos y unas 12.000 muertes.
La misión, que se extenderá hasta el próximo viernes, forma parte de la Iniciativa Subregional del Cono Sur para la Prevención, Control y Atención de la Enfermedad de Chagas (INCOSUR/Chagas). Los especialistas actualizarán el diagnóstico de esta afección en la provincia, luego de los avances alcanzados a partir de recomendaciones realizadas en misiones previas.
La visita forma parte de una serie de misiones internacionales que comenzaron a realizarse en distintas provincias del país para certificar la interrupción de la transmisión vectorial del Tripanosoma Cruzi, que transmite el Chagas. Argentina certificó y recertificó la interrupción en Misiones, Santa Fe, Jujuy, La Pampa, Río Negro, Neuquén, Entre Ríos y seis departamentos de Santiago del Estero. Para 2014, se evaluará la situación y se certificará sin transmisión de Chagas las provincias de San Luis, La Rioja y Corrientes.
La Comisión Internacional de Evaluación de los Avances en Prevención, Control y Atención de la Enfermedad de Chagas está integrada por los doctores Jose Fiusa Lima, Joao Carlos Pinto Dias y Themis Valeria de Souza Baptista, de Brasil; Gabriel Schmunis, de EE.UU.; y María del Pilar Irabedra, del Programa Regional de Chagas de la OPS/OMS. Además, la misión incluye a funcionarios nacionales y provinciales.
Los países de la región afectados por el Chagas han construido un exitoso esquema de cooperación entre naciones para responder a la enfermedad, con el apoyo de la OPS. En la región americana, las iniciativas para la prevención y control del Chagas contribuyeron a interrumpir la transmisión de la enfermedad por la vinchuca -el vector que conduce la afección- en países y en determinadas áreas. El impacto de tales acciones permitió una mejor detección de los casos, la reducción de la prevalencia en niños, la disminución de muertes, la ampliación de la cobertura de atención, el mejoramiento de la atención clínica y el tratamiento de las personas infectadas y enfermas, entre otros puntos.
En América Latina está estimado de 6 a 8 millones el número de personas infectadas por Chagas. Una de las consecuencias de la infección es la aparición de graves trastornos cardíacos que llevan los afectados a una discapacidad permanente y a la muerte. El resultado son serias consecuencias de tipo social y económico con pobreza y rezagos en el desarrollo de las familias afectadas, así como de los países interesados. Argentina, entre 2003 y 2012, disminuyó los casos desde 2 millones de infectados a 1,35 millones, según datos oficiales.
Para tratar esta afección, los programas provinciales de salud para Chagas disponen del benznidazol, un medicamento producido por un consorcio público-privado del que forma parte el Ministerio de Salud y que fue certificado por la OPS/OMS. Asimismo, el medicamento puede ser ofertado a otros países de la región que lo necesiten.
Además, distintas acciones dirigidas al mejoramiento de la calidad de vida de la población han tenido un fuerte impacto en la disminución de los factores de riesgo para la transmisión del Chagas. Entre las intervenciones clave podemos incluir la electrificación rural, el mejoramiento de la red caminera, la erradicación de escuelas rancho, el mejoramiento en la provisión de agua potable, planes de vivienda y radicación de industrias.