El encuentro se realizó en conjunto con la Comisión de Salud del Senado de la Nación y tuvo como objetivo difundir la evidencia científica en relación con las políticas regulatorias efectivas que permitan regular en favor de la reducción del consumo nocivo de alcohol.
Buenos Aires, abril de 2021 (OPS/OMS).- Legisladores/as y asesores/as parlamentarios, equipos de áreas de gobierno y referentes de organizaciones de la sociedad civil y de sociedades científicas participaron de manera virtual de la “Jornada sobre políticas regulatorias para reducir el consumo problemático de alcohol y sus consecuencias”. El encuentro fue organizado por la Presidencia de la Comisión de Salud del Senado de la Nación y la Representación en Argentina de la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) con el propósito de analizar el impacto de esta problemática en la Argentina, socializar la evidencia disponible en torno a las políticas regulatorias efectivas y generar instancias de trabajo colaborativo entre los diferentes sectores para mejorar la legislación a nivel local.
La apertura estuvo a cargo del presidente de la Comisión de Salud, el senador nacional Mario R. Fiad, y del Representante en Argentina de la OPS/OMS, Enrique Pérez-Gutiérrez. El senador Fiad expresó que “el consumo problemático de alcohol es un grave problema y que además se va agravando porque el inicio del consumo de alcohol se anticipa cada vez más en los jóvenes con el impacto que ello genera a nivel no solo individual, sino también social”.
Por su parte, Pérez-Gutiérrez destacó la importancia de la jornada y remarcó la necesidad de “fortalecer las políticas en Argentina para reducir el consumo nocivo del alcohol” y que para ello es necesario “desarrollar nuevos marcos regulatorios capitalizando las evidencias que demostraron ser efectivas”.
De esta manera dio pie a la presentación de Maristela Monteiro, Asesora Principal sobre Alcohol para la Región de las Américas de OPS/OMS, cuya intervención inauguró el panel que contó con la presencia de cinco expositores que presentaron la problemática desde diferentes perspectivas.
Monteiro profundizó en la caracterización del consumo de alcohol en la región de las Américas: “tenemos el segundo mayor consumo per cápita del mundo, un 40% por encima del promedio mundial, y después de Europa que es la región que tiene más consumo de alcohol y más daño de manera total debido al alcohol en el mundo”. Presentó cifras para nada alentadoras vinculadas con las muertes atribuibles al alcohol, y cómo este se constituye en factor de riesgo para 7 de las 8 causas de muertes violentas en la región. También se refirió a las diferencias de género y destacó que en la Región de las Américas la dependencia y el consumo abusivo por parte de las mujeres son las más altas del mundo, siendo su acceso al tratamiento mucho más limitado que para los hombres, y más altos el estigma y la discriminación que este problema conlleva para ellas.
La especialista también se refirió al paquete técnico conocido como SAFER (por sus siglas en inglés) que comprende las cinco acciones a priorizar: reducir la disponibilidad de bebidas alcohólicas; ampliar las restricciones al conducir; concretar las restricciones a la publicidad, promoción y patrocinio; implementar impuestos y precios sobre las bebidas alcohólicas; y facilitar el acceso al diagnóstico y al tratamiento. Al respecto, Monteiro puntualizó que los aspectos de regulación son los más costo-efectivos porque tienen impacto positivo en mejorar la salud, reducen los costos sanitarios del consumo de alcohol y también aumentan la recaudación por parte de los estados.
La asesora regional de OPS concluyó que la problemática sanitaria y social del consumo nocivo de alcohol requiere de la adecuación de los marcos legales vigentes, estableciendo nuevas reglas de comercialización, publicidad, impuestos y de límites para conducir, tanto en los niveles nacionales como subnacionales y que dichas normas deben ser desarrolladas libres de conflictos de intereses con la industria de bebidas alcohólicas. Fue taxativa al remarcar que “no hay como limitar los daños sin limitar el consumo” y, de cara a los desafíos futuros recordó que “si pudimos con el tabaco, podemos con el alcohol. El camino es muy semejante y todo lo que se aprendió con el tabaco se puede aplicar para el alcohol”.
Por otra parte, Sebastián Laspiur, consultor nacional de Enfermedades No Transmisibles de OPS/OMS expresó que Argentina presenta un consumo per cápita diario de 9,8 litros de alcohol puro. Este dato se encuentra entre los primeros de la región y ampliamente superior a la media mundial, destacando el incremento del consumo en jóvenes de acuerdo con las últimas encuestas disponibles.
El panel de expertos también estuvo integrado Silvia Elías de Pérez, senadora nacional; Carlos Aldo Dománico, coordinador de Prevención Universal en Consumo de Alcohol de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (SEDRONAR); y María Graciela Abriata, directora nacional de Abordaje Integral de las Enfermedades No Transmisibles (DNAIENT) junto a otras representantes de diferentes áreas técnicas del Ministerio de Salud de la Nación.
Cada uno de las y los expositores detallaron sus acciones prioritarias y plantearon sus necesidades en materia legislativa para adecuar sus prioridades al desarrollo de políticas que pongan al consumo nocivo de alcohol como tema de salud pública desde una perspectiva de derechos humanos, con foco en los determinantes sociales y no en las conductas individuales.
Como conclusión de la jornada “se reconoció la necesidad de actualizar el marco regulatorio para la prevención del consumo nocivo de alcohol, adecuándolo a las nuevas recomendaciones y la nueva evidencia internacional”. Algunas de estas regulaciones son competencias del parlamento nacional y con otras de ellas se puede avanzar a nivel de los poderes legislativos provinciales.