12 de enero de 2011 | GINEBRA - El mundo corre el riesgo de perder su tratamiento más potente contra la malaria, a menos que se adopten rápidamente medidas para prevenir la aparición y propagación de formas farmacorresistentes del parásito que la causa, según un nuevo plan de acción dado a conocer por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo.
El Plan Mundial de Contención de la Resistencia a la Artemisinina describe a grandes rasgos las medidas necesarias para frenar y prevenir la resistencia a las artemisininas. Estas son el núcleo de los tratamientos combinados basados en la artemisinina (TCA), que son el arma más poderosa con que se cuenta para tratar el paludismo por falciparum, la forma más letal de la enfermedad. En algunas zonas de la frontera entre Camboya y Tailandia ha aparecido ya resistencia a las artemisininas. Aunque los TCA tienen hoy una eficacia superior al 90% en todo el mundo, es fundamental actuar rápidamente. Si estos tratamientos fallan, muchos países no tendrán nada para reemplazarlos.
Interrumpir el desarrollo de farmacorresistencia en su origen
"Nuestra arma más poderosa contra la malaria está amenazada", ha dicho la Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS. "El nuevo plan brinda una oportunidad sin precedentes en la historia de la lucha contra la malaria para interrumpir el desarrollo de farmacorresistencia en su origen y evitar una mayor propagación internacional. Considerando las consecuencias de una resistencia generalizada a la artemisinina, estamos obligados a aprovechar esta oportunidad."
El plan mundial tiene por objeto contener y prevenir la resistencia a la artemisinina actuando en cinco frentes:
1. Detener la propagación de las formas resistentes del parásito
Una agenda de control de la malaria plenamente financiada y puesta en práctica, conforme a lo indicado en el Plan de Acción Mundial contra el Paludismo, abordaría muchas de las necesidades relacionadas con la contención y prevención de la resistencia a la artemisinina. Sin embargo, se necesitarán fondos adicionales para frenar la propagación de las formas resistentes del parásito en las zonas donde hay signos de resistencia a la artemisinina. El plan mundial estima que se requerirán US$ 10-20 adicionales por persona en las zonas con resistencia confirmada (frontera entre Camboya y Tailandia), y US$ 8-10 por persona en las zonas en riesgo de la zona del Gran Mekong.
2. Intensificar el seguimiento y vigilancia de la resistencia a la artemisinina
La OMS estimó en 2010 que, de los 75 países que deberían realizar de forma sistemática pruebas de eficacia de los TCA, solo 31 las hacían efectivamente. Existe el riesgo de que en las zonas no sometidas a vigilancia permanente la resistencia a la artemisinina se extienda de forma imperceptible.
3. Mejorar el acceso a las pruebas de diagnóstico de la malaria y a un uso racional de los TCA
Estos tratamientos se usan con frecuencia en casos de fiebre no causada por la malaria. El uso innecesario de los TCA aumenta el riesgo de resistencia. A fin de reducir el número de pacientes tratados de ese modo pese a no sufrir la enfermedad, la OMS recomienda que se hagan las pruebas de diagnóstico en todos los casos sospechosos de malaria antes de iniciar el tratamiento.
4. Invertir en las investigaciones relacionadas con la resistencia a la artemisinina
Urge desarrollar técnicas más rápidas de detección de la aparición de resistencia, así como nuevas clases de medicamentos antipalúdicos que puedan reemplazar eventualmente a los TCA.
5. Alentar la adopción de medidas y movilizar recursos
Para que el plan mundial tenga éxito, las numerosas partes interesadas deberán articular una respuesta bien coordinada y suficientemente financiada a nivel mundial, regional y nacional.
"Una contención eficaz de la resistencia a la artemisinina mejorará considerablemente nuestra capacidad para preservar los logros conseguidos en los países'', según la profesora Awa Coll-Seck, Directora Ejecutiva de la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo. "Ahora disponemos de un plan coordinado para detener la propagación de las formas resistentes del parásito, pero necesitamos más fondos si queremos aplicarlo plenamente", ha recordado Coll-Seck a la comunidad internacional de donantes.
La OMS estima que el número de casos de malaria se ha reducido en más del 50% en 43 países durante la última década. Un análisis de modelización reciente de la prevención de la malaria en 34 países africanos permite estimar que entre 2000 y 2010 se han salvado más de 730 000 vidas, y que casi tres cuartas partes de esa cifra corresponden a vidas salvadas desde 2006, año en que empezó a hacerse un uso más generalizado tanto de los mosquiteros tratados con insecticida como de los TCA. La pérdida de estos como tratamiento eficaz podría dar lugar a un aumento importante de las defunciones relacionadas con la malaria.
Enormes progresos en la lucha contra la malaria
"En la última década hemos hecho enormes progresos en la lucha contra la malaria", ha dicho el Dr. Robert Newman, Director del Programa Mundial sobre Malaria de la OMS. "Si queremos preservar esos logros y alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la salud, es esencial que colaboremos para superar la amenaza de resistencia a la artemisinina."
El Plan Mundial de Contención de la Resistencia a la Artemisinina ha sido elaborado por el Programa Mundial sobre Paludismo de la OMS tras consultar a más de cien expertos en malaria de la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo, usando para ello fondos proporcionados por la Fundación Bill y Melinda Gates.
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