Buenos Aires, 11 de junio de 2009 (OPS).- La Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó al máximo el nivel de alerta de preparación para una pandemia de gripe. Una pandemia significa la aparición de un virus de la gripe, nuevo para el ser humano, que se está propagando y es patógeno en muchas partes del mundo.
El impacto sanitario y social de las pandemias puede ser muy diverso. En estos momentos, la OMS califica la gravedad de la presente pandemia de “moderada”. Esta estimación se basa en la información clínica y epidemiológica reunida por la Organización hasta la fecha, así como en los datos aportados por sus Estados Miembros respecto al impacto de la pandemia en sus sistemas de salud y, en general, en su funcionamiento social y económico.
Hasta el momento, la mayoría de la gente se recupera de la infección sin necesidad de hospitalización o atención médica. En términos generales, los niveles nacionales de enfermedad respiratoria clínicamente grave o mortal parecen similares a los niveles detectados durante los periodos de gripe estacional local, si bien en algunas zonas e instituciones se han registrado altos niveles de la enfermedad. Y en general, los hospitales y los sistemas sanitarios de la mayoría de los países han podido hacer frente al número de casos que han buscado atención, aunque en algunos lugares ha habido establecimientos y sistemas que han sufrido tensiones.
Al realizar esta evaluación se ha tenido también en cuenta un aspecto preocupante como es la pauta observada de una mayor concentración de los casos graves y las defunciones entre la población joven, incluidas personas previamente sanas y personas con afecciones preexistentes o embarazadas.
Además, en muchos países todavía no se han declarado brotes importantes de la enfermedad, y aún no se conocen todas las manifestaciones clínicas posibles de la enfermedad.
Estas consideraciones son importantes, y la OMS subraya que la vigilancia atenta y puntual de la situación y el intercambio regular de esa información con la OMS durante el periodo pandémico son fundamentales para que ésta modifique su evaluación de la gravedad en el futuro cuando sea necesario.
Según se desprende de los precedentes históricos, la gravedad de las pandemias puede variar considerablemente a lo largo del tiempo y depende de la zona y la población. Esa variación de la gravedad puede deberse a: a) cambios experimentados por el virus, b) vulnerabilidades subyacentes c) limitaciones de la capacidad del sistema de salud, o d) cualquier combinación de los factores anteriores. Por ahora la pandemia se encuentra en las primeras fases de su evolución y muchos países todavía no se han visto afectados de forma importante. Por otra parte, el virus puede evolucionar y presentar distinta patogenicidad en el futuro.
La OMS recomienda, entre otras cosas, que no se cierren las fronteras, ya que no hay pruebas de que esa medida detenga la propagación de la enfermedad; que no se impongan restricciones a los viajes, dado que las personas infectadas por el virus y que pueden contagiarlo no necesariamente presentan síntomas de la enfermedad, por lo que no se pueden distinguir de las que no están infectadas; y que se haga más hincapié en la atención de los enfermos, y no tanto en la detención de la propagación del virus.
Según la organización, la inmensa mayoría de las personas que enferman pueden recibir asistencia en sus domicilios; si se está a cargo de algún enfermo, debe protegerse y a las personas del entorno con medidas de higiene como el lavado de las manos y precauciones al toser. Además, todos los casos con fiebre superior a 38 ºC deberán recibir atención médica.