Hace 7 años, la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), en coordinación con el Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS), desarrollan una estrategia que ha permitido contribuir a la reducción de la mortalidad materna y neonatal en poblaciones étnicas en La Guajira, Cesar y Chocó. El reto, priorizar cinco aceleradores del Plan de acción mundial a favor de una vida sana y bienestar para todos y todas.
Bogotá, marzo de 2022. “Aprendí este oficio desde que nací pues llegué a este mundo de la mano de una partera”, afirma Visitación Perea, comadrona de Yuto, un municipio localizado a 25 kilómetros de Quibdó, que se levanta a orillas del río Atrato, considerado el más caudaloso de Colombia, y una de las seis parteras y parteros que a finales de 2021 realizaron una pasantía con la Subred Integrada de Servicios de Salud Centro Oriente E.S.E, en Bogotá, para fortalecer sus capacidades técnicas e intercambiar saberes para la atención diferencial y etnocultural de población gestante.
“Estos conocimientos que recibí los aprendí para una sociedad que hoy en día lo está pidiendo a gritos porque hay comunidades donde no hay atención de un ente de salud, solo hay parteras. Y nos toca arriesgar la vida para salvar la vida de los otros, por la violencia, pero nuestra lucha es incasable para bajar el índice de mortalidad materna en nuestro departamento y en Colombia”, asegura Visitación luego de participar en una cesárea junto al personal médico del Hospital Materno Infantil, en la Capital del país.
Esta formación hace parte de un plan de entrenamiento continúo que la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) viene desarrollando con agentes de la medicina tradicional, a quienes se les ha dotado y entrenado en el uso de tecnologías perinatales comunitarias CLAP, kits para el monitoreo de signos vitales y material educativo para la educación en señales de alarma y es uno de los objetivos de la Estrategia Interagencial para contribuir a la reducción de la mortalidad materna y neonatal en poblaciones étnicas en La Guajira, Cesar y Chocó.
“La mortalidad materna es un indicador de alto impacto en salud pública y refleja el nivel de desarrollo de un país”, asegura la representante de la OPS/OMS en Colombia, Gina Tambini Gómez. “Las altas razones de mortalidad materna evidencian las brechas en el acceso a los servicios de salud y la profundización de las desigualdades de la población, especialmente aquellas que han sido puestas en condición de vulnerabilidad por motivos de pertenencia étnica, residencia en zonas rurales y dispersas, situación migratoria irregular, entre otros”, indica.
Según datos preliminares reportados por el Instituto Nacional de Salud, en Colombia durante en el año 2021 se presentaron 480 casos de muertes maternas tempranas, equivalentes a una razón de 76,1 muertes por 100000 nacidos vivos, evidenciando un aumento de muertes de un 38% con respecto a los casos presentados durante el año 2019, previo a la llegada del coronavirus. Con respecto a la situación en mujeres indígenas, la razón de mortalidad materna en mujeres indígenas en el año 2021 fue de 183,6 por 100000 NV, superando ampliamente el promedio nacional.
El fenómeno migratorio y la llegada de la pandemia por COVID-19 han generado gran impacto en los logros alcanzados por el país en relación con la salud materna, especialmente en los territorios y poblaciones más rezagadas. Las cifras de casos y razón de mortalidad materna presentadas en el 2021 son similares a las reportadas en el año 2010, lo que indica un retroceso de más de una década en este indicador.
Frente a estos nuevos desafíos, las cuatro agencias de Naciones Unidas que trabajan unidas en este propósito: la OPS/OMS, el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), y en coordinación con el Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS), priorizaron cinco de los siete aceleradores propuestos en el ‘Plan de acción mundial a favor de una vida sana y bienestar para todos y todas’ -GAP- (por sus siglas en inglés): Atención Primaria en Salud, participación de la comunidad y la sociedad civil, determinantes sociales de la salud, datos y salud digital e investigación desarrollo e innovación.
Es así como se obtienen logros importantes en el 2021, entre ellos, la generación y monitoreo de planes de trabajo territoriales a favor de una vida sana, el desarrollo de estrategias de comunicación para la adecuación sociocultural de los servicios de salud, el desarrollo de diálogos interculturales para la construcción de las orientaciones técnicas e instrumentos para las adecuaciones, la implementación de talleres y donación de kits para agentes comunitarios y tecnologías perinatales comunitaria la puesta en marcha de las orientaciones técnicas para la adecuación sociocultural de los servicios de salud en las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud -IPS- y reapertura de servicio de maternidad en una de las instituciones demostrativas.
‘Asistentes del milagro de la vida’
La partería en La Guajira, Cesar y Chocó hace parte de su riqueza cultural y territorial, de la diversidad y de saberes ancestrales que se transmiten de generación en generación, permaneciendo viva en parteras y parteros que llevan más de medio siglo acompañando y ayudando a las mujeres durante el embarazo, y preparándose para recibir cada día, nuevas vidas, en zonas apartadas donde la institucionalidad no alcanza a llegar.
Manuela Mosquera, quien es la directora de ASOREDIPAR Chocó, una asociación que busca resignificar la partería que incorpora a mujeres y hombres que ejercen esta labor, reconoce la importancia de empoderarlos, a través de la generación de conocimiento, la incidencia política y la abogacía, el fortalecimiento institucional y el fortalecimiento comunitario.
Precisamente una de las experiencias significativas del 2021 tiene que ver con el fortalecimiento de la respuesta comunitaria, acción impulsada por el acelerador de participación de la comunidad y la sociedad civil. El resultado: 110 agentes comunitarios, entre parteras, parteros y promotores de salud, pudieron mejorar sus capacidades para la identificación de signos de alarma, así como la captación y canalización oportuna a servicios de salud, especialmente de gestantes de alto riesgo y mujeres víctimas de violencias.
El proceso de formación se desarrolló mediante la implementación de un ciclo de 3 talleres de capacitación e intercambio de saberes, finalizando con la selección de 6 parteros, entre ellos Visitación Perea, quienes realizaron una pasantía de una semana en dos hospitales de alta complejidad de la Capital del país, con lo cual se buscó promover la interacción entre la medicina occidental y los conocimientos ancestrales para que los parteros pudieran identificar prácticas seguras para la atención del parto, asesoría para el uso de métodos anticonceptivos y prácticas de cuidado en el puerperio y con el neonato, y el personal de salud pudiera sensibilizarse frente a la importancia de la empatía y atención diferencial de las mujeres y sus familias para avanzar hacia un parto seguro y respetado.
La iniciativa demostró que los líderes comunitarios que se forman se motivan a participar activamente en la promoción de hábitos saludables, acciones protectoras, identificación y divulgación de la oferta de servicios esenciales en salud; generando cambios en la población, a partir del reconocimiento de sus limitaciones, su contexto y las potencialidades del territorio que aportan a la modificación de comportamientos y/o toma oportuna de decisiones para mejorar los resultados en salud. Además, en los procesos de reflexión y evaluación frente al aprendizaje y las expectativas de formación, se identificaron altos niveles de comprensión de mensajes clave y un marcado interés por el trabajo comunitario. Incluso, la tasa de satisfacción fue tan alta que en departamentos como el Cesar se compusieron coplas y vallenatos, música típica de la región, como una muestra de agradecimiento.
Según Lilibeth Maestre, líder comunitaria y coordinadora general de salud del pueblo Kankuamo, es necesario que este tipo de capacitaciones sigan llegando a su territorio. “Hay que seguir trabajando de la mano con nuestras parteras y médicos tradicionales, que están dispuestos a recibir apoyo para que el modelo de salud propia e intercultural del pueblo Kankuamo, sea una realidad”, asegura Maestre.
Además, se resalta que las autoridades locales y los profesionales de salud de estos departamentos han mejorado su interés y comprensión sobre el valor de las parteras, parteros y agentes comunitarios en sus territorios, especialmente como actores clave y aliados de los servicios de salud por su influencia y reconocimiento dentro de las comunidades, especialmente en zonas rurales y dispersas.
Sin duda, estas acciones son una oportunidad para la vida, en lugares como Yuto, Visitación rememorara lo aprendido en Bogotá y como ella misma dice seguirá haciendo esta valiosa labor de la partería, ahora “con los ojos más abiertos, con la mente más limpia y más sana, con el corazón más grande y comprometido por que nuestra tarea es contribuir a salvar vidas, evitar que se nos vayan vidas de nuestras manos”.