La publicación, realizada por la Dirección General de Seguridad Vial porteña y la OPS/OMS, forma parte de una canasta de buenas prácticas de un proyecto de cooperación impulsado por la Organización Panamericana de la Salud entre las ciudades de Belo Horizonte, Buenos Aires y Montevideo. El documento cuenta la experiencia de la Ciudad como un caso posible de ser replicado a la hora de gerenciar en políticas y normas públicas los factores de riesgo asociados a la seguridad vial, en este caso, el consumo de drogas y su efecto sobre el tránsito.