Países de las Américas avanzan hacia la eliminación de la transmisión madre a hijo de VIH y sífilis

Washington, D.C., 1 de diciembre de 2011 (OPS/OMS).-  Un grupo de países en las Américas parecen haber eliminado virtualmente la transmisión madre-hijo del VIH y la sífilis congénita, según un nuevo informe de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS). Pero la meta de alcanzar la eliminación en toda la región aún requiere de acciones aceleradas en países y grupos poblacionales donde los progresos están enlentecidos, señala este informe. 

"Las Américas es la primera región en el mundo que pone su mira en la eliminación de la transmisión madre a hijo del VIH y de la sífilis, a través de esfuerzos simultáneos en un marco de trabajo conjunto", dijo la Directora de la OPS/OMS, doctora Mirta Roses. "Este nuevo informe muestra el gran progreso que se ha hecho, pero también sugiere que hay mucho trabajo que todavía es necesario hacer", afirmó.

Anualmente en las Américas, se estima que unos 5.000 niños se infectan con VIH, la mayoría por transmisión madre a hijo. Entre 164.000 y 344.000 bebes nacen con sífilis congénita. Si no son tratadas, esta condiciones pueden producir abortos espontáneos, muerte fetal, nacimientos prematuros, mortinato, muertes de recién nacidos, bajo peso al nacer, e infecciones congénitas con diferentes grados de severidad. Esto implica mayores costos humanos, sociales y económicos.

Los países de las Américas se han comprometido colectivamente a la meta de eliminar la transmisión madre-hijo de VIH y de sífilis como problemas de salud pública para 2015, a través de la mejora de la calidad del cuidado de las embarazadas y bebes, lo que incluye tratamientos oportunos y de cobertura más amplia para VIH y sífilis. El informe que se presenta hoy evalúa los progresos de los países de la región en los esfuerzos que han implementado para alcanzar la eliminación.

De acuerdo a este reporte, Canadá, Cuba, Antigua y Barbuda, los Estados Unidos y los territorios británicos de Anguila han reportado reducciones de hasta 2% en las tasas de transmisión madre-hijo vertical de VIH, y también que bajaron los casos de VIH pediátrico a no más de 0,3 por 1.000 nacidos vivos, al tiempo que se redujeron casos de sífilis congénita a no más de 0,5 por 1000 nacimientos. Se considera que estos niveles son lo suficientemente bajos como para no seguir constituyendo un problema de salud pública, aunque es necesario realizar esfuerzos sostenidos para mantener estas tasas bajas. La OPS, ONUSIDA y UNICEF han empezado a desarrollar un proceso de certificación para validar los progresos de los países hacia la eliminación.

A nivel regional, el informe estima en 15% la tasa de transmisión madre a hijo en América Latina y el Caribe, una tasa significativamente más alta que la de 2% que se requiere para alcanzar la eliminación pero más baja que la tasa del 35% de transmisión que ocurriría sin intervenciones de salud pública. Para continuar con la reducción de estas tasas, los países necesitan aumentar la cobertura en realización de pruebas de VIH para embarazadas, proveer una amplia cobertura de medicamentos antiretrovirales para madres y lactantes, e incrementar los diagnósticos tempranos en lactantes expuestos. Los países con las tasas más altas de transmisión madre a hijo deben aumentar sus acciones en estas áreas, a través de esfuerzos conjuntos entre las autoridades de la salud, las agencias internacionales, la academia, la sociedad civil, y otros socios, afirma el informe.

Otros desafíos y logros destacados en el informe incluyen:

La cobertura de realización de pruebas de VIH para embarazadas están aumentando en la mayoría de los países, y van desde 21% en Guatemala a 97 a 98% en Canadá y Estados Unidos. En América Latina, la cobertura de realización pruebas son mucho más bajas para mujeres de áreas rurales remotas y de áreas indígenas que para mujeres de zonas urbanas.

En promedio, el 61 % de las mujeres que reciben cuidado prenatal en las Américas fueron testeadas por sífilis en 2010. Para aumentar esta tasa, el informe urge a una utilización más amplia de tasas en instituciones de atención primaria de la salud.

La cobertura con medicamentos antiretrovirales en América Latina y el Caribe aumentaron desde cerca de 50% de las embarazadas VIH positivo en 2005 a 61% en 2010.

El porcentaje de embarazadas diagnosticadas con sífilis que han recibido tratamiento apropiado va desde menos de 15% en El Salvador a 10%% en Chile, Cuba, Guyana, Honduras, Trinidad y Tobago, y Venezuela (entre los 18 países que reportaron información).

La mayoría de los países reportan acceso al cuidado prenatal en un 80% o mayor (esto significa que las embarazadas tienen al menos una visita con un trabajador capacitado en cuidados prenatales). Sin embargo, no necesariamente el acceso temprano es la norma, y el desabastecimiento de suplementos y medicamentos (VIH y pruebas de sífilis, antiretrovirales y penicilina) suelen comprometer la calidad del cuidado.

Atención calificada en el parto promedia entre 26% y 100%, con la mitad de los países que reportan una cobertura de 99% mayor. Entre los países con la cobertura más baja figuran: Haití (26%), Guyana Francesa (49%), Guatemala (51%), Honduras (67%), Bolivia (65%), y Ecuador (71%).

Mujeres indígenas tiene consistentemente los porcentajes más bajos de acceso a cuidados prenatales y al acceso a atención calificada en el parto, según indicó los datos recogidos de Bolivia, Ecuador, Guatemala, Nicaragua y Perú.

En la mayoría de los países sobre los que se cuenta con información, menos de la mitad de los jóvenes entre 15 y 24 años saben cómo prevenir la transmisión sexual del VIH y rechazan los principales errores sobre la transmisión del VIH.
 
El porcentaje de necesidades no atendidas para la planificación familiar o de concepción va desde un 6,6% en América del Norte hasta un 25% en Haití, Guatemala, Belice, Bolivia y el Caribe en total.

El reporte de la OPS/OMS recomienda acelerar los esfuerzos para superar estos y otros problemas en los cuidados prenatales y de parto, y para eliminar las barreras geográficas, sociales, económicas y culturales para alcanzar tempranamente un cuidado de calidad.

También recomienda reforzar la vigilancia y los sistemas de información vinculados al VIH y la sífilis entre mujeres y bebés, para eliminar las brechas de datos, y destaca que muchos países y territorios en el hemisferio no han reportado en indicadores claves de los progresos hacia la eliminación.