PREFÁCIO
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) se encuentran entre las principales causas de enfermedad del mundo, con consecuencias económicas, sociales y sanitarias de gran repercusión en muchos países.
La aparición y la diseminación del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) han tenido un impacto significativo sobre el manejo y control de las ITS. Simultáneamente, ha aumentado la resistencia de varios agentes patógenos transmitidos sexualmente a los agentes antimicrobianos, agravando los problemas terapéuticos.
En 1991, la OMS publicó las recomendaciones para el manejo integral de los pacientes con ITS dentro del contexto más amplio de los programas de control, prevención y atención de las ITS y la infección por VIH. En mayo de 1999, la OMS celebró la Reunión del Grupo consultivo sobre el Tratamiento de Enfermedades de Transmisión Sexual (Advisory Group Meeting on Sexually Transmitted Diseases) para revisar y actualizar las recomendaciones sobre el tratamiento en función de los hallazgos más recientes (consulte el Apéndice 1).
En Ginebra, en noviembre de 2001, la OMS llevó a cabo una consulta a especialistas sobre cómo mejorar el manejo de las ITS (consulte el Apéndice 2). La reunión se centró en los síndromes de úlcera genital y flujo vaginal. Se escogió el tema del síndrome de úlcera genital porque se observa un incremento del virus herpes simplex tipo 2 (VHS2) como causa principal de las úlceras genitales en países en vías de desarrollo, y, en segundo lugar, se escogió el tema del flujo vaginal por su carácter complejo y polémico como punto de partida para el manejo de las infecciones cervicales por gonococo y clamidia. Las recomendaciones que surgieron de esta consulta sirvieron de base para las revisiones que se incluyen en esta publicación y que comprenden las dos áreas del manejo sindrómico de la úlcera genital y el flujo vaginal.
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