Diciembre 2020
Yola se preocupa de cumplir estrictamente con las vacunas de sus mellizos, porque conoce el valor de la vida, tras haber pasado por un cuadro de COVID-19 en el momento en que los dio a luz.
La Paz, Bolivia, diciembre de 2020 (OPS/OMS)- El esquema de vacunas para menores de cinco años no ha dejado de ser una prioridad para Yola Quispe, una mamá que dio a luz a sus mellizos en plena curva elevada de la pandemia y que, pese a estar enferma con COVID-19, superó el miedo y mantuvo su decisión de acudir al centro de salud cada vez que sea necesario para que sus bebés cuenten con controles y reciban las respectivas vacunas para enfermedades prevenibles.
Matías y Erika nacieron el 18 de agosto de 2020 en la ciudad de La Paz en medio de la pandemia del COVID-19, en una etapa donde los hospitales estaban colapsados y los servicios esenciales de salud fueron interrumpidos.
Yola Quispe, de 39 años, en su último control prenatal di positivo al COVID-19. El día del parto llegó con fuertes dolores, pero la situación era crítica en la ciudad, no había camas en hospitales ginecológicos. Yola estaba sola junto a su hijo de seis años, que sufre autismo leve. Su esposo también contagiado de COVID-19 se encontraba delicado y con dificultad respiratoria. Finalmente, una ambulancia llegó hasta su casa y la trasladó al Hospital de la Mujer.
Erika y Matías nacieron, pero este último dio positivo al COVID-19 y tuvo que quedarse internado 10 días dentro de la incubadora por lo prematuro que era.
“Me dieron de alta al día siguiente que nacieron, junto con la nena. La mitad de mi corazón se quedó en el hospital, era muy pequeñito, prematuro y encima infectado con COVID-19. Yo sin poder atenderlo ni darle de lactar”, recuerda Yola.
En la actualidad, Yola está en familia, junto con sus mellizos sanos y fuertes.
Las vacunas previenen enfermedades en los niños
Pese a la experiencia que tuvo que pasar y al temor que abrigaba por un nuevo contagio si iba a los centros de salud, esta madre boliviana no dudó ni un solo momento en acudir a un vacunatorio para que sus bebés reciban sus vacunas.
“Al principio tenía miedo de sacarlos, eran prematuros, no tenían defensas, eran muy delicados. Generalmente los bebés salen del hospital con su primera vacuna que es la BCG, (que previene la Tuberculosis y se pone como una única dosis en los recién nacidos), pero por las circunstancias en las que nacieron ellos no recibieron las vacunas inmediatamente. Así que tuve que llevarlos al hospital al cumplir un mes de nacidos para que les apliquen”, enfatiza Yola.
El doctor Juan Carlos Mendoza Miranda, pediatra del Centro de Salud Integral de Pampahasi Bajo, felicitó a Yola que, pese a sus temores, pensó en las vacunas como la mejor estrategia para mantener a sus hijos sanos y protegidos contra enfermedades.
“Ella es una mamá que tiene responsabilidad y está cumpliendo con el deber de darles a sus hijos una vida sana para un futuro mejor”, sostiene el pediatra.
Explica que dentro de la vacunación también hay efectos adversos que son mínimos en comparación a lo que se está previniendo.
“Muchas mamás tienen miedo a la reacción que da una vacuna y, por esa razón, no traen a sus hijos, pero deben entender que esta acción de amor puede prevenir muchas enfermedades y que, si bien es posible que el pinchazo pueda ocasionarle a algunos niños la presencia de una pequeña hinchazón o una fiebre, esta es de curso rápido”, recalca.
El amor de Yola hacia sus hijos la lleva a cumplir con el esquema nacional de vacunación de Bolivia.
El pediatra Juan Carlos Mendoza manifiesta que para captar niños que puedan vacunarse han creado algunas estrategias en los establecimientos de salud como el uso de las redes sociales y de mensajería que les han permitido contactarse con la comunidad e invitarlos a asistir a la vacunación correspondiente.
