Corría el año 1955 cuando Gonzalo Baquero Paret, de tan solo seis años, acudió con su madre al pediatra. Él sería uno de los primeros niños en Quito,Ecuador, que recibiría la vacuna desarrollada por Jonas Salk contra la poliomielitis. Ahora, 66 años después, recuerda la experiencia como su primer acercamiento no solo a la medicina, sino también a la especialización de neurología pediátrica y, sobre todo, al estudio de la polio.
No es la única imagen que guarda sobre la enfermedad. El doctor Baquero también recuerda a algunos de sus compañeros de aulas que tenían parálisis flácida y debían caminar con sus extremidades “llenas de hierros”. Junto a esos niños, años después y ya en la universidad, estudiarían a la polio para combatirla y, por qué no, erradicarla. “Yo creo que si le dan a usted la oportunidad no de salvar una vida, sino de salvar millones de vidas, y más si son los niños de nuestro país, es una oportunidad única”, asegura emocionado el pediatra para justificar su decisión a la hora de elegir su carrera.
Con la satisfacción de la labor, Baquero inicia un relato que data de 1977. Para entonces, la Universidad Central del Ecuador lo convocó para integrar un grupo que viajó por el país para “convencer”, dice, a las poblaciones en alto riesgo sobre la amenaza de la poliomielitis. En esos años fue cuando Ecuador empezó a suministrar las vacunas contra la enfermedad. Enamorado de esa labor, de ese trabajo y de la experiencia, se inclinó por la neurología pediátrica. “Lógicamente, las inmunizaciones son muy importantes en el campo de la pediatría y los pediatras tenemos un sentido de lo social bastante agudizado”, destaca. Uno de sus orgullos fue participar en la fase uno de la erradicación del virus salvaje de la polio en la Comisión Nacional de Vacunas.
El médico de 72 años sigue dedicando su vida a combatir y erradicar la polio de manera global. Su granito de arena lo deja día a día, desde las 7 de la mañana, cuando inicia su jornada de trabajo con la atención a los pacientes. Por las tardes dedica su tiempo a enseñar neurología y al programa Controversias de Neurología al que pertenece desde hace 15 años.
Sin embargo, la labor va más lejos aún. Dentro de la misión para eliminar la polio, en 2015 asumió la presidencia de la Comisión Nacional de Certificación de la Erradicación de la Poliomielitis en Ecuador después de recibir el llamado para que se incorporara a un grupo de expertos en poliomielitis.